Fueron 84 horas en continuado en una de las pruebas más peligrosas, en el circuito alemán de Nürburgring. La competencia arrancó un miércoles 20 de agosto de 1969 y finalizó el sábado 23, un día como hoy. El trío argentino de Torino brilló en la “Maratón de la Ruta”.
En un país dividido por las marcas Chevrolet y Ford, se intentó involucrar a un prototipo sin historia que había llegado hace poco al país. La movida de marketing indicó al Torino como el elegido.
De la mano de Juan Manuel Fangio, la iniciativa empezó a tomar forma. El mismo piloto viajó a Europa y se encargó de toda la logística, la parte técnica y el trazado de la hoja de ruta.
Los equipos quedaron conformados con Carmelo Galbato, Rubén Luis Di Palma, Oscar Fangio (equipo 1), Jorge Cupeiro, Gastón Perkins, Eduardo Rodríguez Canedo (equipo 2), Eduardo Copello, Oscar Franco y Alberto Rodríguez Larreta (equipo 3).
Por regla, cada auto debía tener tres conductores para pilotear durante los tres días y medio sin cesar, teniendo en cuenta que no podrían manejar más de cuatro horas en continuado. Además, en cada parada en boxes sólo dos mecánicos podían tocar el auto y por cada minuto de fracción en los pits se descontaba una vuelta de 29 kilómetros que equivalía a 14 minutos.
El auto argentino dio 334 vueltas, sobre una una extensión total de 28,2 kilómetros y 176 curvas, unía el circuito norte, el Nordschleife de 22,8 kilómetros y el trazado del sur, el Südschleife, de 7,7 km.
De esa manera, el Torino puso de rodillas a marcas como Mazda, Lancia, BMW, Porsche, Fiat, Renault, Alfa Romeo, Mercedes Benz y Ford.
Gracias a la gran hazaña, el país dejó de estar dividido entre Chevrolet y Ford: todos se hicieron hincha de Torino y en el regreso al país, una caravana recibió a los pilotos.