Los osos pandas son conocidos por ser animales de gran porte y muy tranquilos, pasan la mayor parte del tiempo jugando, durmiendo y degustando ramas de bambú (a pesar de ser carnívoros). Otra de sus calidades más significativas, es su pelaje de color negro y blanco. Sin embargo, 40 años atrás, se llevó a cabo el singular avistaje de un oso panda de color marrón y blanco, que despertó el interés de los científicos.
Por tal motivo, desde aquel suceso comenzó a estudiarse esta rareza que se dio en algunos ejemplares. Por su parte, los expertos pudieron llegar a la conclusión que se debe a una mutación genética. Asimismo, la Academia China de Ciencias llevó adelante la investigación que analizó el genoma y el historial de dos pandas marrones.
Cabe destacar que esta clase de animales se encuentra específicamente en las montañas de Qinling en China. Allí, fue donde se vio por primera vez un panda marrón y blanco en 1985. Mientras que a lo largo de estos 40 años fueron pocos los ejemplares que se avistaron con esa particularidad.
¿Cuáles fueron los estudios que se llevaron a cabo?
Con respecto a los estudios que se realizaron, el grupo de científicos analizó muestras biológicas de 227 pandas, entre ellos, los dos marrones. Esto se llevó a cabo en el marco de un estudio en curso en la Reserva Natural de Foping, en la provincia de Shaanxi (China).
Luego de combinar los datos genéticos y observaciones de campo, los expertos reconstruyeron la historia familiar de dos pandas marrones denominados Dandan y Qizai. Asimismo, la secuenciación de genoma descubrió una deleción homocigótica en el gen Bace2 en los ejemplares marrones, pero no en los pandas blancos y negros. A su vez, los científicos confirmaron el efecto de esa mutación en la pigmentación del pelaje en experimentos con ratones mediante la técnica de edición génica CRISPR-Cas9.
¿Qué se descubrió a través de los estudios?
La investigación reveló que esa mutación disminuía el número y el tamaño de los melanosomas del pelo de los ratones y “posiblemente en el panda pardo, provocando además la hipopigmentación”, rubricaron los autores.
También estos descubrimientos otorgaron “una visión única de la base genética de la variación del color del pelaje en animales salvajes”. A su vez, los investigadores insisten en seguir investigando para explorar la función del gen Bace2 y sus implicaciones para la cría científica del panda marrón.
