Una de las fuentes de energía renovable no tan desarrolladas es la denominada amoníaco verde, clave por su capacidad de utilizarse como fertilizante, y de servir para ser almacenado y transportado desde las centrales eléctricas. El amoniaco se utiliza hoy principalmente como fertilizante, así como en distintos procesos industriales. En su mayoría, la forma de obtenerlo es altamente contaminante ya que se fabrica haciendo reaccionar hidrógeno y nitrógeno atmosférico, un proceso que emite dióxido de carbono en grandes cantidades.
Para la generación del amoníaco utilizado comunmente, también conocido como “amoníaco gris”, se obtiene el hidrógeno a través de una reacción química en la que se utiliza gas metano. Si ese hidrógeno es producto de la electrólisis del agua alimentada por energía renovable, el proceso cambia drásticamente su efecto contaminante.
¿Qué es la electrólisis?
Un proceso que consiste en la separación del agua en sus elementos, hidrógeno y oxígeno, cuando se aplica una corriente eléctrica externa (electricidad proveniente de renovables). De esta forma, la electricidad renovable es almacenada en forma de hidrógeno. Lo que sucede es que el hidrógeno verde posee inconvenientes a la hora de comercializarlo. Su transporte, por la necesidad de enfriamiento a temperaturas extremas y volatilidad, presenta un gran problema. En cambio, el amoniaco verde facilita un transporte más eficiente y un fácil almacenamiento abriendo un campo de posibilidades para su comercialización.
Por otro lado, anualmente el mercado requiere cada año de aproximadamente unos 180 millones de toneladas de amoniaco convencional, casi la cantidad que produce la naturaleza. Para cumplir con las metas de descarbonización que persiguen los países, es fundamental reducir las emisiones de CO2 que derivan de su elaboración.
Producción en Argentina
El Parque Industrial y de la Innovación de Posadas (PIIP) explora junto a la Unión Europea -a través del programa Low Carbon and Circular Economy Business Action (LCBA) en Argentina-, la viabilidad de desarrollo de una planta de producción de amoníaco verde a escala comercial en la provincia de Misiones. La provincia ya cuenta con una planta piloto, denominada “H2 Hidrógeno Misiones”, y mediante esta iniciativa lo que se busca es encontrar nuevas vías para aprovechar al máximo el hidrógeno verde en ella producido.
Dentro de sus potencialidades se estudia su uso comercial y doméstico a nivel nacional con redes autónomas de gas, como apuesta de movilidad limpia para vehículos industriales y comerciales y para la generación de subproductos derivados para su uso agroindustrial. El programa LCBA es una plataforma de negocios B2B de la Unión Europea que apoya proyectos verdes que requieren la incorporación de servicios o tecnología de punta europea, y en este caso, se sumó al proyecto H2 Hidrógeno Misiones en su fase de detección de necesidades y búsqueda de socios tecnológicos. También en Tierra del Fuego existen planes de inversión para llevar adelante la producción tanto de hidrógeno, como de amoniaco en forma sustentable.