El pedido, de suma urgencia en la agenda del ministerio de Salud, era de carácter primordial para aquellos pacientes con problemas auditivos que esperan hace tres años por los aparatos. Tras el anuncio, miles de jóvenes y especialmente adultos mayores, volverán a contar con audífonos para desarrollar sus tareas esenciales y continuar con sus tratamientos.
“Teníamos en situaciones parecidas de espera a alrededor de 2 mil audífonos. Y esto afectaba también a los insumos que pueden ser las pilas, por ejemplo, que son importadas”, sostuvo el ingeniero Horacio Cristiani, director general de la mutual argentina de hipoacúsicos.
Cabe recordar que la vida útil de un audífono ronda entre los 3 y 5 años, dependiendo del uso y un factor que es muy importante, la humedad.
Según las estadísticas, una de cada tres personas mayores de 60 años padece pérdida de la audición y cerca del 40 % pueden mejorarla con estos dispositivos.
“La pérdida auditiva produce una serie de efectos emocionales y sociales adversos tales como: incomprensión, irritabilidad, resentimiento, baja autoestima, mutismo, aislamiento y depresión. Cuanto antes se detecte el problema auditivo, más pronto se podrá encontrar una solución”, dijo Patricia Faletty, doctora en audiología.
Y para resaltar la importancia del permiso obtenido, un último estudio de la revista The Lancet indica que las personas con capacidad auditiva limitada tienen un riesgo mayor de sufrir demencia si no usan audífonos.