Como en cada año, miles de personas se agruparon y caminaron para celebrar la 49° Peregrinación Juvenil a Luján. La movilización comenzó el sábado a la mañana en la iglesia de San Cayetano, que se ubica en el barrio de Liniers, y finalizó en la madrugada del domingo en la Basílica bonaerense.
La caminata se desarrolló a lo largo de más de 60 kilómetros y contó con diferentes paradas para que los fieles puedan descansar, hidratarse y alimentarse con el objetivo de recuperar fuerzas y seguir su camino.
Además del apoyo sanitario y el operativo especial de asistencia, los creyentes estuvieron acompañados motivacional y espiritualmente. Esto se debe a que el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Ignacio García Cuerva, realizó el recorrido a pie y marcó la primera vez en la historia que un arzobispo porteño camina hasta Luján.
Previo a la movilización, García Cuerva explicó la peregrinación «es un reflejo de lo que es la vida«. Y agregó: «La vida también es un camino. Y en el camino de la vida hay momentos en que uno está con otros, en el momento de la vida hay momentos en que uno está solo, en el camino de la vida hay momentos en que uno está enojado o está contento. Entonces, de alguna manera, este camino de la vida es como la peregrinación a Luján«.
Asimismo, manifestó que su anhelo profundo era pedirle a María «que nos de fuerza para unirnos«. Además de hacer referencia al lema de este año, el arzobispo lo relacionó con el año político y complicado que está viviendo el país.