Esta tarde el fútbol argentino fue testigo de un hecho histórico. En una Bombonera repleta de hinchas, Boca Juniors derrotó al AZ Alkmaar por penales y se consagró como campeón del mundo.
El 16 de julio el Xeneize logró ganar la Copa Libertadores en la categoría por primera vez desde que empezó a realizarse en el año 2011. Luego de vencer por la mínima a Sporting y Huachipato y empatar con Palmeiras por 2 a 2, el club de la Ribera eliminó en la semifinal a Peñarol por 1 a 0 y se impuso en la final ante Independiente del Valle por 2 a 0 con goles de Ignacio Rodríguez.
Por su parte, la institución holandesa clasificó a la Intercontinental tras demostrar ser el mejor equipo europeo en la UEFA Youth League, donde golearon al Eintracht Frankfurt por 5 a 0 en los play-offs y dejaron en el camino al Barcelona por 3 a 0 en octavos. Siguiendo la misma línea de expulsar gigantes, en cuartos eliminaron al Real Madrid por 4 a 0 y en la semifinal empataron 2 a 2 con Sporting de Lisboa, pero lo vencieron por penales. Finalmente, en la final le ganaron al Hrvatski Hajduk Split por 5 a 0 y se consagraron campeones de la competencia.
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Pero como el fútbol es único y maravilloso, todos estos números no significaron nada en la gran final. Boca fue superior al AZ durante los 90 minutos y supo anular a los futbolistas rivales en cada línea.
Sin embargo, el encuentro lo empezó ganando el club europeo gracias a un gol de afuera del área de Kwakman, quien metió el tanto a falta de tres minutos para que finalice la primera mitad.
Pese a esto, el equipo dirigido por Silvio Rudman volvió a ser asfixiante en el complemento y logró emparejar el resultado con un centro desde el sector izquierdo del campo de juego que fue desviado por Mastoras, que marcó un gol en contra.
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Más allá de la diferencia física entre los argentinos y los holandeses, los jugadores xeneizes supieron imponerse y aprovecharon el calor que brindaron las casi 40 mil personas que se acercaron a la cancha para alentar, pero el encuentro finalizó 1 a 1 y se definió en la tanda de penales.
No importa si es la primera, el femenino o las juveniles, Boca parece invencible en esa vía y, apoyándose en esa mística, Diaz Robles atajó dos tiros y Fascendini anotó el definitorio para que consagrarse como el campeón del mundo.