El 2024 es el año del Cabernet Sauvignon. Es que la cepa ya ha alcanzado un crecimiento del 26,4 % en la producción de cara al año anterior. Mendoza, la capital de la vitivinicultura, es la región por excelencia donde se trabaja en este tipo de vid.
La mayor superficie plantada de se encuentra en Luján de Cuyo (19,9%) y Maipú (12,5%), mientras que los departamentos del Valle de Uco (Tupungato, Tunuyán y San Carlos) concentran el 29,7% de la superficie de esta cepa en Mendoza.
Originaria de Burdeos, Francia, el Cabernet Sauvignon es una de las variedades más prestigiosas del mundo. Es la base de muchos de los grandes vinos de Burdeos y también se cultiva en otras regiones francesas como el Valle del Loira, Provenza y Languedoc-Roussillon.
Es la cuarta variedad en importancia, después del Malbec, la Cereza y la Bonarda. Mendoza sigue liderando la producción nacional con 9.988 hectáreas (76,8%), seguida de San Juan con 1.146 hectáreas (8,8%) y otras provincias con 1.872 hectáreas (14,4%).
Estudios genéticos han revelado que esta cepa es producto de un cruce natural entre Cabernet Franc y Sauvignon Blanc. Los vinos de Cabernet Sauvignon son conocidos por su intensidad y estructura, presentando aromas a frutos rojos, ciruela, pimiento, y especias como la pimienta y el pimentón.
Su adaptabilidad le ha permitido florecer en diversas regiones vitivinícolas del mundo, incluyendo California (lugar donde se declaró el 29 de septiembre como el Día Internacional del Cabernet Sauvignon), Chile, España, Italia, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda.