Que caminar hace bien a la salud, está comprobado. Ahora, un grupo de expertos de la Universidad de Harvard determinó que manteniendo una velocidad considerable, se puede evitar el deterioro físico y cognitivo.
De acuerdo con un reportaje publicado por “BBC Future”, la rapidez con la que una persona se desplaza puede predecir no solo su salud general, sino también su esperanza de vida y el ritmo al que su cerebro envejece.
Los datos sugieren que quienes caminan más despacio presentan cerebros más pequeños y una mayor probabilidad de deterioro cognitivo y físico, incluso desde edades medias.
La velocidad de la marcha también predice su autonomía para realizar tareas cotidianas. Y revee la fragilidad del individuo y su capacidad de recuperación tras eventos como un accidente cerebrovascular.
“Cuando el ritmo normal de marcha de una persona disminuye, a menudo está asociado con deterioros de salud subyacentes”, afirmó la profesora de Medicina Christina Dieli-Conwright.
Los estudios longitudinales y los datos subrayan la relevancia de la actividad física para preservar la autonomía, la salud cerebral y una vida más larga. La velocidad al caminar, al ser un indicador fácil de medir, puede alertar sobre problemas de salud y motivar cambios positivos en el estilo de vida. Los especialistas recomiendan integrar caminatas en la rutina diaria, moverse en cada oportunidad y evitar largos periodos de sedentarismo.
Los valores promedio
- Mujeres (40-49 años): 1,39 m/s
- Hombres (40-49 años): 1,43 m/s
- Mujeres (50-59 años): 1,31 m/s
- Hombres (50-59 años): 1,43 m/s
- Mujeres (60-69 años): 1,24 m/s
- Hombres (60-69 años): 1,43 m/s
- Mujeres (70-79 años): 1,13 m/s
- Hombres (70-79 años): 1,26 m/s
- Mujeres (80-89 años): 0,94 m/s
- Hombres (80-89 años): 0,97 m/s