Cuando solamente tenía cuatro años de edad, Leandro Staltari, un pequeño que había nacido en la localidad bonaerense de Ciudadela pero que se encontraba en Necochea, donde su padre tiene una churrería, protagonizó un momento que jamás olvidará.
Es que Leandro, repleto de inocencia, se metió al mar en una de las playas del puerto de la mencionada ciudad balnearia. Allí fue que, en un determinado momento, la corriente lo arrastró lejos de la orilla y su hermano, tres años mayor que él, le salvó la vida.
«No había guardavidas», recuerda Leandro en declaraciones brindadas a Infobae, agradeciéndole todavía a su hermano por arrojarse al agua para evitar que se ahogara. Sin embargo, aquel susto terminó marcando para siempre la vida de Staltari.
¿Por qué? Varios años más tarde, el protagonista de esta historia tomó la determinación de transformarse en guardavidas. Y se terminó trasladando a España, donde vive hasta el día de la fecha y donde acaba de transformarse en un héroe absoluto.
Es que, el pasado 9 de junio, Leandro se topó con tres niños que se encontraban atrapados en una cueva en Palma de Mallorca. Los pequeños, de 11, 12 y 13 años, estaban atrapados y las olas impactaban contra sus humanidades. Una situación desesperante.
Así quedó Leandro después de salvar a los niños.
«Yo llegué a las 9.30, miré la playa y no había nadie metido. A esa hora viene una señora gritando ‘niños en las rocas’. Salí corriendo, pero cuando llegué a la mitad de la playa, que hay un espigón, vi que no estaban. Se encontraban contra la cueva de la izquierda. Sigo corriendo hasta ahí y los divisé a unos 50 metros de distancia. Empecé a nadar y me metí a la cueva», narró Leandro.
«El mar te iba chupando hacia ahí y no podías salir. Y los chicos golpeaban contra las piedras. El de 11 años estaba casi desvanecido. Cuando yo llego, el de 13 años empieza a subir solo por las rocas. Yo nada más le di un envión. Después sigo con el de 11 años, que estaba medio desvanecido, y después el de 12. En medio de los intentos, antes de subir al de 11, subo al de 12. Pero un oleaje nos tumbó. Entonces ahí cambié de prioridad porque el de 11 estaba tragando agua. Saqué fuerzas de donde no tenía y me raspé todo para poder subirlo», profundizó.
Finalmente, después de varios minutos de desesperación y de practicar diversas maniobras, Leandro logró rescatar a todas las víctimas y pudo ponerlas a salvo en el fondo de una casa lindera a la cueva.