Según informaron los ministerios de Ambiente y Ciencia y Tecnología brasileños, la deforestación en la Amazonía alcanzó la cifra anual más baja en cuatro años. Además, en julio registró una reducción del 66% en relación al mismo mes de 2022.
Los organismos del gobierno brasileño atribuyeron la mejoría al esfuerzo de los sistemas de monitoreo instalados en la región. El área de deforestación de la Amazonía entre agosto de 2022 y julio de 2023 fue de 7.925 kilómetros cuadrados, precisaron los ministros de Ambiente y Ciencia y Tecnología en conferencia de prensa en Brasilia, donde presentaron el informe anual del Instituto Nacional de Investigación Espacial del Brasil (INPE).
Esta cifra es 665 kilómetros cuadrados menor que la reportada entre 2021 y 2022 y es la más baja desde el período 2019-2020, cuando alcanzó los 9.215,88 kilómetros según datos oficiales. El mayor contraste en las cifras de áreas deforestadas se registró en julio, cuando fue de 499,91 kilómetros cuadrados, la más baja desde julio de 2017, con 457,53 kilómetros cuadrados, y 66% menos que los 1.486,71 kilómetros cuadrados reportados en julio de 2022.
Los expertos adjudican el descenso de la deforestación en Brasil a la reanudación de la aplicación de multas y la prohibición de uso de tierras deforestadas, además de la intensificación de las acciones de inspección y destrucción de equipos utilizados en delitos ambientales.
Sin embargo, el área destruida continuó aumentando en el Cerrado, una sabana tropical de enorme biodiversidad ubicada al sur de la Amazonía, que ocupa el 23% del territorio brasileño. En un año, hasta julio, el Cerrado registró el peor resultado desde 2017, con 6.359 kilómetros cuadrados devastados.