La desextinción de especies avanza a pasos agigantados, tan grandes como el mamut, una de las especies en cuestión. Además, hay planes para revivir al dodo y al tilacino (tigre de Tasmania). Sin dudas, será un hito histórico para la ciencia.
El proceso varía según la especie y la calidad del ADN disponible. Para especies extintas recientemente con muestras de alta calidad, como la cabra montés de los Pirineos, la creación de un animal genéticamente idéntico podría ser posible.
La empresa «Colossal Biosciences» planea insertar los genes que codifican las características del mamut (pelo, colmillos, depósitos de grasa y cráneo) en el genoma de elefantes asiáticos. La compañía ya ha adquirido más de 60 genomas parciales de mamuts y espera tener crías parecidas a los mamuts para 2028.

El ecosistema helado podría renovarse con la aparición del mamut.
Dicha firma también planea revivir al dodo insertando su material genético en pollos domésticos. Para este proyecto cuentan con un genoma casi completo.
Para el tilacino, que se extinguió en el siglo pasado, los científicos planean usar marsupiales similares a ratones llamados dunnarts de cola gruesa como portadores. Y acá cuentan con datos genéticos mucho mejores desde el principio para este proyecto.
La desextinción persigue un fin ecológico: llenar los vacíos que dejaron las especies extintas. Según Ronald Goderie, de la Fundación Taurus, el objetivo es recuperar los nichos ecológicos perdidos.

Los avances de los científicos podrían darle vida al tigre de Tasmania.
Los mamuts lanudos mantuvieron las praderas del Ártico, lo que a su vez impactó el almacenamiento de carbono y el deshielo del permafrost. Se especula que su reintroducción podría ayudar a restaurar este ecosistema.