El envejecimiento en las personas no solamente es una de las mayores preocupaciones de los seres humanos sino también uno de los temores principales. Por ello es que constantemente se analizan maneras de poder contrarrestarlo.
En ese contexto, gracias a las mejores en la calidad de vida y a los avances médicos, la esperanza de vida de la población aumenta de manera constante. De hecho, se calcula que la población global de más de 60 años podría duplicarse en el año 2050.
En medio de ese panorama, en la actualidad existen varias investigaciones en desarrollo, las cuales tienen como objetivo principal evaluar potenciales terapias para desacelerar el envejecimiento y resguardar la calidad de vida a medida que pasan los años.
Sin ir más lejos, el foco se ha puesto en el uso de la rapamicina, un medicamento que ya se utiliza como inmunosupresor en dosis alta para evitar el rechazo de órganos en personas que han sido trasplantadas. Sin embargo, sus beneficios podrían ser mayores.
Es que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos autorizó a un equipo de la Universidad de Washignton a analizar los efectos de la rapamicina en enfermedades de las encías, afecciones que tienden a acelerarse con la edad.
«El envejecimiento se está estudiando en diferentes centros de investigación. Se sabe que el envejecimiento se da por inflamación, especialmente en diferentes áreas del organismo humano, incluyendo el sistema cardiovascular», indicó Ventura Simonovich, presidente de Asociación Argentina de Farmacología Experimental y jefe de la Sección Farmacología Clínica del Hospital Italiano de Buenos Aires, en diálogo con Infobae.
«Entonces, se considera que al apuntar a la inflamación con un fármaco, se podría retrasar la edad de la muerte y mejorar la calidad de vida. Es decir, con una longevidad saludable», completó al respecto, generando una gran ilusión.