La pandemia del Covid-19 impulsó a Micaela Estrada a buscar nuevos rumbos para emprender. Con años en el rubro de la indumentaria y con temor a que mermaran las ventas, decidió meterse de lleno en la fabricación de banquetas, pie de cama, alfombras y tapices trenzadas a mano por ella misma. Hoy, sus sillas son furor en las redes sociales.
En aquel entonces, según le contó a Negocios, Micaela decidió investigar acerca del diseño de interiores porque pensó que la gente podía depositar más dedicación en los espacios donde iba a pasar más tiempo durante las cuarentenas. Se mudó a una casa en las montañas cordobesas y fue allí donde se quedaba horas buscando inspiración en Pinterest, la red más fuerte para los emprendedores ligados a la decoración.
En ese momento comenzó a hacer cursos de trenzado con diferentes tramas en Domestika, una plataforma de cursos online nacida en España y que es tendencia entre los emprendedores. Le fue muy bien desde el principio, bajo la marca Cosze lleva dos años y medio en este rubro y hoy está al límite de su capacidad, por lo cual debe imaginar cómo crecer.
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“Fueron épocas donde todas las noches me quedaba buscando ideas hasta que un día me animé y empecé a producir. Conseguí un carpintero que pudiese hacer mis diseños y luego armaba y desarmaba la trama varias veces hasta que logré lo que quería y empecé a subir fotos en el Instagram de mi marca”, cuenta. Hoy la demanda llega de todo el país, la venta más fuerte que recuerda fue para un hotel de Villa La Angostura que le pidieron 24 pies de cama en la previa de su inauguración.
Por su parte, Micaela asegura que el estilo de sus muebles es bien rústico, lo cual genera mucho interés en esa zona, mientras que por redes o por Mercado Libre vende también mucho en los countries de Rosario, en Buenos Aires y en el norte del país. Otro de los pedidos específicos que recuerda es uno que hizo hace poco, 14 banquetas para un club de pesca de estilo más boutique.
El público al que se dirige es un segmento premium porque el costo de los muebles oscila entre $40 y $63 mil por unidad. “En general el que compra es un cliente que valora el trabajo a mano, artesanal y que además quiere un mueble con buena madera”, agrega Micaela. En una primera etapa fue haciendo pruebas con distintas maderas, hasta que se definió por el petiribí que tiene un tono claro y cálido con una veta agradable sin tantos nudos oscuros y que además puede usarse tanto para interiores o exteriores.