Pilar había fantaseaba con la idea, pero María y Carmen le decían que no jodiera, que no iba a pasar. Es que darle un mate al Papa en medio de la JMJ (Jornada Mundial de la Juventud) es una misión imposible. Corrección, casi. Una de las cosas por las cuales un argentino puede llegar a frenar es un mate y Jorge Bergoglio jamás olvidó a la tierra que lo vio nacer.
“Lo nuestro fue de casualidad porque no sabíamos que iba a pasar por ahí”, dijo Carmen. Luego agregó que como no las dejaban pasar, para ‘comprarse’ a la gente, les dijeron que el mate tenía que llegar a las manos de Francisco y todos tenían que gritar para que frenara. Lo más curioso es que antes se lo habían dado de probar a mucha gente (italianos, españoles, portugueses, estadounidenses) y tomaban apenas un sorbo porque no les gustaba. pero que, después de lo que sucedió, les agradecieron por haber insistido en que lo prueben.
El mate, la infusión nacional
Levantarse a la mañana, ir a la cocina, poner a calentar el agua, preparar el mate. ¿Cómo fue que se adquirió esta rutina? Para llegar a la respuesta, hay que remontarse a los tiempos en los que Colón no había pisado el suelo de América. Tiempos en los que la nación guaraní habitaba la Cuenca Paranaense y mascaba las hojas de Caá (yerba mate) para aplacar el hambre y la sed durante los viajes largos. Luego aprendieron a infusionarla en la calabacita con bombillas de cañas, takuapý (takuá=caña; pý = cuero o envoltorio). También se utilizó como objeto de culto y moneda de cambio. Más tarde, con la presencia de los jesuitas, se le dio mayor importancia a difundir y comercializar.
Gracias al consumo de yerba mate se pueden obtener gran cantidad de polifenoles (tipos de antioxidantes que pueden prevenir o retrasar algunos daños a las células), protección cardiovascular y antiinflamatoria. También sirve de energizante porque tiene xantinas (compuestos bioactivos que estimulan el sistema nervioso central) y eleva los niveles de energía. Es una infusión baja en calorías y sodio. Aunque son los menos, existen efectos negativos como insomnio, malestar gastrointestinal y reducción de la absorción de hierro.
Algunos datos sobre el mate
Según el Instituto Nacional de la Yerba Mate, son 165.000 las hectáreas que Argentina le dedica al desarrollo productivo de la actividad, mayormente en Misiones y Corrientes. Hay más de 8.000 productores y 200 marcas. En el podio de los países más consumidores de yerba mate, se encuentran Uruguay con 10 kilos anuales per cápita, Paraguay con 8 y Argentina con 6,5 pero los que más producen y exportan son Argentina, Brasil y Paraguay.
Para sorpresa de muchos, el país que se ubica como primer importador de la materia prima argentina es Siria, puesto que a mediados del siglo XIX hubo inmigración y posterior retorno, pero no sin antes llevarse un par de tradiciones con gusto rioplatense. Aunque a veces le hacen algunas modificaciones como usar leche en vez de agua y agregarle jengibre, miel, cardamomo y tomillo. Al igual que los argentinos en pandemia, en Medio Oriente tienen la costumbre de tener cada uno su mate. En caso de compartir bombilla, se limpia con agua caliente y ralladura de limón antes de servirlo. Lamentablemente, desde marzo de 2011 el país se encuentra en guerra civil por lo que muchas personas se ven en la obligación de trasladarse a otros países. Ya sea en Australia, Nueva Zelanda, Qatar o Turquía, los acompaña el mate y su pasión por transmitir el acebo del pueblo sudamericano.
Es tal el fanatismo que los argentinos tienen por el mate que hay seis monumentos en todo el país. En Colonia Italiana (a 350 km de Córdoba capital) donde se realiza la Fiesta Nacional del Mate desde 1972, se encuentra una de estas piezas únicas. También hay en Florencio Varela, Posadas, Virasoro, Apóstoles y Gonnet. Lo cierto es que también hay fanáticos por el mundo como los actores Zoe Saldaña (Avatar), Kevin Bacon (Footloose) y Viggo Mortensen (El Señor de los Anillos) y también el futbolista francés Antoine Griezmann, entre otros.