Luego de dos meses donde la atracción principal estuvo en los torneos de selecciones y en los Juegos Olímpicos de París, este miércoles empezó «formalmente» la actividad en el fútbol europeo. En la final de la Supercopa de Europa, Real Madrid derrotó al Atalanta por 2-0 en el Estadio Nacional de Varsovia y se consagró como el campeón total del Viejo Continente.
El partido, que suele disputarse anualmente en estas fechas, cruzó al ganador de la Champions League con el vencedor en la Europa League. Por este motivo, el Merengue, que ganó su decimoquinta orejona frente al Borussia Dortmund, se vio las caras con la institución italiana, que alcanzó el trofeo internacional ante el Bayer Leverkusen.
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Si bien ningún encuentro es fácil en la actualidad, el equipo que dirige Carlo Ancelotti logra que todo sea mucho más sencillo en varios aspectos, como en la forma directa y efectiva que tienen para jugar o los resultados, que siempre terminan a su favor independientemente de quien sea el rival.
Tras atacar en reiteradas ocasiones en el primer tiempo, el gol que abrió el marcador llegó a los 14 minutos del complemento gracias a Vinicius Jr., quien gambeteó dentro del área y asistió a Federico Valverde para que empuje la pelota al lado del arco que defendía el argentino Juan Musso, que tuvo una destacada actuación.
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Por otro lado, el 2-0 definitivo tuvo lugar a los 23 minutos de la mano de Kylian Mbappé, que debutó en la Casablanca con un rendimiento discreto pero que lo coronó con un tanto descomunal donde clavó el balón en el ángulo izquierdo.
De esta manera, el Real Madrid sigue escribiendo páginas doradas en su historia que quedarán por siempre en la memoria de los hinchas, pues con este triunfo alcanzaron el 32° título internacional de su historia, dejando muy por detrás al resto de los clubes. Por su parte, Los Negriazules, que contaron con la presencia de Mateo Retegui, pusieron en marcha una nueva temporada con la ilusión de repetir otra alegría.
