Crearon una cervecería artesanal en el Barrio 31: «Acá también se pueden hacer cosas buenas, no todo lo mejor viene de afuera»

Lo que comenzó casi por curiosidad en 2020, hoy es Mugica Beer, un emprendimiento de Carlos y Osvaldo Salazar que no para de crecer. "Soñamos con ganar un concurso y darle más trabajo a nuestros vecinos", le contaron a ADN+.

A finales del recordado 2020 y su terrible pandemia, un grupo de amigos se animaron a hacer algo que no era muy habitual en barrios populares: cocinar cerveza artesanal. Una breve conversación por Whatsapp en un grupo de amigos hizo que 10 vecinos del Barrio Mugica, anteriormente conocido como Villa 31, compraran un kit de elaboración de cerveza de 20 litros con el fin de experimentar un mundo mucho más extenso que la típica cerveza comercial, que se vendía en todos los comercios.

El tedioso proceso de 12 horas y el no tan grato resultado hizo que muchos se bajaran, excepto tres personas, entre los que estaban los hermanos Carlos y Osvaldo Salazar, quienes actualmente son los socios de Mugica Beer, un emprendimiento que sigue creciendo.
En una larga charla con ADN+, Osvaldo comentó que el inicio fue complicado, no solo por la inversión económica que tenían que aportar, la cual hizo que algunos del grupo original dieran un paso al costado, sino también por el nulo conocimiento cultural en cuanto a todo lo que rodea a la cerveza artesanal. “Vendemos rubia, honey, IPA y roja, son las que más salen. Tenemos negra, pero como no la pedían mucho, la fabricamos muy poco. Acá se vende mucho la honey, es la que más se parece a la cerveza industrial, es muy difícil hacer cultura. Muchos no conocían la existencia de la artesanal, de diferentes sabores o colores”, detalló Osvaldo ante la consulta sobre las variadades y su impacto en el barrio.

De esta forma surgía la marca, con una olla de producción de 50 litros y mejores herramientas, con la venta de sus primeras botellas de medio litro a los familiares y otros clientes contactados por las redes sociales. Facebook, Whatsapp o Instagram eran sus principales medios de venta por fuera del barrio, siendo además sus fuentes de marketing. “Acá hay mucho colectivo paraguayo o boliviano, entonces nos metíamos en las celebraciones a venderles barriles para los festejos, ése es nuestro caballo de batalla, las fiestas. Todavía no es redituable como uno quisiera, pero cuando empezamos a vender al público, compraban y volvían, además de que nos llamaban de otros lados para que se la mandáramos”, relata Osvaldo.

Los hermanos Salazar son los únicos responsables de Mugica Beer en este momento debido a la salida de su antiguo socio, quien debió tomar la dolorosa decisión de desvincularse del proyecto por problemas de tiempo y logística, ya que se había mudado. Ambos, a su vez, cuentan con otros trabajos para subsistir, teniendo Carlos un puesto en relación de dependencia y Osvaldo siendo dueño de otro proyecto familiar, una pastelería llamada Quiero Tortas, también ubicada en el Barrio Mugica.

Dicho vecindario fue quien bautizó el emprendimiento, en honor al Padre Mugica: “Acá la gran mayoría de emprendimientos se llaman Mugica, así que decidimos ponerle el mismo nombre a la cervecería. El nombre del Padre Mugica nos da identidad, más llegada. La marca quiere transmitir el esfuerzo y dedicación, que acá en el barrio también se pueden hacer cosas buenas. No todo lo mejor viene de afuera. También tratamos de ayudar a la comunidad, tenemos valores muy familiares”.

El sueño no es sólo poder conquistar un concurso de cerveza artesanal, sino también brindarles empleo a muchos vecinos de su barrio. Aunque muchos ya se ofrecieron a trabajar, las limitaciones económicas siguen siendo un enorme impedimento para hacer este sueño realidad. Gracias a la ayuda de la ONG Fundación Scala, que se dedica a encaminar logísticamente diferentes emprendimientos de barrios populares, lograron mejorar su nivel administrativo y poder aspirar a distintos objetivos como la producción de latas de cerveza. “La fundación nos ayudó bastante en afinar el tema de los números. Cuando producimos, nos olvidamos de la parte administrativa y ellos nos ayudan en eso. Nos dieron una mano grande. Queremos aumentar las ventas, siempre apuntamos a elevar la marca. A largo plazo, queremos cambiar los fermentadores para tener más capacidad, ahora tenemos una olla de 100 litros y queremos pasar a una de 1000. Con eso aumentaríamos muchísimo la producción”, agregó el socio de la cervecería sobre su proyección gracias a Scala.

A pesar de los inesperados problemas que puede conllevar el inicio de un emprendimiento en un barrio popular, como cortes de luz o agua, o inclusive las ocasiones donde los proveedores no entran, siempre tratan de ver el lado positivo y mantener la buena cara a las circunstancias, ya que “si nos ponemos a pensar en todo lo negativo, nunca vamos a hacer nada”. Esa es la mentalidad y el alma de Mugica Beer, un emprendimiento familiar que busca romper moldes y cumplir sueños dentro de un barrio popular, con una constancia y determinación suficiente como para poder sacar adelante una idea capaz de generar una nueva cultura en su localidad.

Antes de finalizar la charla con ADN+, Osvaldo quiso dejar un mensaje para todo aquel que quiera emprender: “Es complicado, pero si uno quiere seguir su sueño, se puede lograr. Hay que darle mucha importancia a los números y saber que se puede, simplemente hay que darle para adelante”.

Martín Rodriguez Pinto

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