El último día de febrero encierra un dato no menor para aquellas personas que vinieron al mundo un 29 de febrero: pueden festejar de verdad. Claro, es que el 2024 es un año bisiesto y gracias a eso, varios aprovechan el fenómeno para trasladar la fiesta del 1º de marzo para hoy.
“Te voy a saludar el 28 de febrero, porque vos naciste en febrero». «Te hablo en marzo porque el 28 no habías nacido”. El dilema eterno de los bisiestos creó la controversia en la comunidad. La fecha es especial, es más, muchos sólo saludan cada vez que llega un año bisiesto, como el corriente 2024.
“Los que cumplimos el 29 empezamos mejor el 2024, sentimos que este es nuestro año”, dijo la acompañante terapéutica Micaela Noguera, quien se prepara para su noveno cumpleaños de este tipo. Es de las más jóvenes, nacida en 1988, y es una de las moderadoras del grupo de Facebook de habla hispana “Nacidos el 29 de febrero”.

Claudia Hirschfeld, bisiesta argentina nacida en 1972. Hoy festeja.
Raenell Dawn fundó en 1988 en Estados Unidos la “Leap Year Babies Limited” (día bisiesto) , un club para todos los que nacieron un 29 de febrero. Una década después, en 1997, formó junto con Peter Brouwer una comunidad aún más grande, la “Honor Society of Leap Year Day Babies” (una Sociedad de Honor de los Bebés Nacidos en el 29 de febrero).
Según la estadounidense, el objetivo de la Sociedad de Honor no sólo es reunir a las millas de personas alrededor del mundo que festejan cada cuatro años, sino «comprender que no hay nada malo en nacer un 29 de febrero» y «sensibilizar» a muchos al respecto. Si algún personal en un hospital ofrece a los padres la posibilidad de colocar una fecha de nacimiento diferente en su certificado —el 28 de febrero o el 1 de marzo—, eso no sólo es ilegal, tampoco “ayuda” ni al bebé ni a la familia, precisa a este medio.

Dawn busca terminar con los malos augurios de nacer un 29 de febrero.
¿Por qué se da el fenómeno?
El movimiento de traslación de la tierra es de 365 días, 5 horas y 48 minutos. Esas casi seis horas producen un desfasaje entre el calendario y el comienzo de las estaciones. Por eso, al sumar las casi seis horas anuales cada cuatro años tendremos 24 horas, un día de más, que optó por incorporarse como el último día de febrero.