De la intuición a ser pioneros y ganar: Win

Te invito a conocer la historia de Valentín Jaremtchuk, un joven empresario argentino que le dio lugar a la espiritualidad y a la energía para emprender y crear "la primera fintech que democratizó el fútbol a nivel mundial".

Por Ayrton Ruiz

May 3, 2024

Después de presentar Sexto Sentido y haber tenido un hermoso feedback (el cual disfruto y agradezco enormemente) quiero presentarles el capítulo de hoy. Volvemos a unir dos capas que para muchos siguen siendo opuestas; para otros opuestas complementarias; para otras tantas compatibles 100%; para algunas personas es necesario e imperioso que se retroalimenten. Así, volvemos a unir nuestro ser con lo que somos y hacemos dentro del sistema… Por eso, en este segundo escrito, vamos de la intuición a ser pioneros y ganar: Win.

TIEMPO. CONFIANZA. TROPIEZOS. APRENDIZAJE. SÓCRATES Y SU “YO SÓLO SÉ QUE NO SÉ NADA”. WOORKAHOLIC. PATAGONIA. ESPIRITUALIDAD. HACER HISTORIA. FINTECH. DEMOCRATIZAR EL MERCADO DE PASES DEL FÚTBOL MUNDIAL. UNIÓN. POSIBILIDADES. ARGENTINA POTENCIA MUNDIAL. GRACIAS. NO AFLOJAR.

Este cocktail de palabras presenta a Valentín Jaremtchuk. Él, como vos y como yo, tiene su historia y en este ida y vuelta, vamos a conocerlo un poco más. Fue una charla muy piola, intuía que iba a ser así. Detrás del efímero éxito siempre hay huellas de autoconocimiento y superación. Un joven empresario argentino que busca, en su espiritualidad y en sus espacios creados con sus seres queridos y lugares preciados, el combustible necesario para rendir a tope con una de las empresas más disruptivas del último tiempo y a su vez, no olvidarse de su ser.

Win Investments es una empresa pionera que nos brinda, a todos, la posibilidad de ser parte del mercado de pases del fútbol mundial. Valentín, es un pibe argentino oriundo de la Patagonia, que nos da la posibilidad de confiar en los procesos y vivirlos con plenitud. Abrimos un poco el juego y a través del sexto sentido, nos dejamos llevar. Bienvenidos y bienvenidas una vez más. Espero que disfruten de la historia de hoy y podamos seguir con el intercambio.

-¿Quién sos?

-¿Quién soy? Soy Valentín, un aprendiz eterno de la vida disfrazado de un ciudadano más en este mundo. Soy full emprendedor.

-¿Qué es la intuición para vos?

-La intuición para mí es el alma, la energía, la mente y la confianza tomando decisiones en conjunto, alineadas y en flow. Es el ser dejando que la energía fluya. Así la definiría yo.

-¿Alguna vez decidiste y accionaste mediante intuición?

-Mis bases son la confianza, el tiempo y la energía. Acciono así. A los 21 años, gracias a mi vieja, me incliné a hacer Mind Fullness, que me hizo entender que lo más importante que tiene cada ser humano es el tiempo. El tiempo y la energía vital de cada uno. Así, respetándome, logré confiar en mi energía y eso me permitió fluir. Obviamente uno realiza una estrategia, pero igual soy de dejar que las cosas fluyan. Si mi intuición me mueve a confiar en lo que está sucediendo, dejó que fluya y, pase lo que pase, será lo mejor. Desde los 21 o 22 años empecé a tomar muy en serio este tema de la energía y de confiar en la energía de cada uno. Soy de abrirme, por ejemplo, a conocer a la gente en sus miradas. Ya desde esa edad estoy tomando decisiones, tanto personales como empresariales. Obvio que hay distintas magnitudes y decisiones. Desarrollé, como dije, mucho la confianza. Y eso se ve reflejado con los equipos y con los diferentes tipos de departamentos dentro de la compañía. Y en mi vida personal siempre he vivido con mucha transparencia y con mucha presencia. La conciencia es también mi intuición. Y con conciencia y confianza, también con necesidad, me encanta rodearme de mis seres queridos, conectar con el lugar donde me crié (Patagonia) y poder retroalimentar mi energía para rendir como persona y como profesional. Permitirme vivir esos momentos son el combustible para volver a enchufarse a la matrix en la que vivimos. Y a veces me pasa al revés y la energía de mi laburo me lleva a renovarme también.

-¿Qué tropiezos marcaron tu vida?

-Bueno, para mí los tropiezos generan más intuición, la aumentan. Y aumentan el hambre de llegar a un objetivo. Porque te tenés que enamorar del error. Nosotros nos enamoramos de los errores y nos volvemos más creativos. Error no es fracaso ¿Qué es el fracaso? El fracaso es enojarse y dejar de intentar. En Sudamérica hostigamos y señalamos al que se equivoca, o sea que a veces nos hostigamos a nosotros mismos. Y en otras culturas es más común ver que al tropezar no pasar nada porque es un paso más de la vida. Así que los tropiezos hay que abrazarlos muy fuertes, hay que tenerlos bien arriba. Yo hasta tengo tarjetas de empresas que no están más, que no funcionaron. Les tengo ahí en el corcho de mi habitación. Porque es muy importante saber que esos pasos que no funcionaron, te llevan hasta donde tenés que estar, que es donde estamos, ¿no? Mirá… Yo era muy chico y me quedó marcado esto que voy a contarte. Fue de los tropiezos que más marcó mi vida. Tenía 13 años y me invitaron a irme a un colegio por mal comportamiento y cierta rebeldía normal de un pibe que no estaba cómodo. Y me acuerdo que cuando volví a mi casa con esa mala noticia, me sorprendí muy gratamente de mis viejos. A ver, siempre sabía que iba a poder tener esa chance de hablarlo y de tener esa reacción por parte de ellos, pero, bueno, sabía que iba a ser una muy mala noticia. Y que mis viejos me hayan recibido con la mejor energía y con acompañamiento a mis necesidades no expresadas por mi edad, me hizo dar cuenta con el tiempo que no era tan mala noticia. Rápidamente dije: “Me vino bárbaro”. Al fin y al cabo, era un lugar en el que no me sentía cómodo. De hecho después terminé yendo otro colegio bilingüe y me fue bárbaro, sin llevarme ni una materia, siempre excelente, buen comportamiento. Era un colegio más duro y correctivo…Por así decirlo ja, ja, ja. Con esto quiero llegar a que con ese acompañamiento y ese amor que me dieron mis viejos, yo me consideré y considero afortunado. Porque tuve una crianza con mucho amor y mucho tiempo por parte de mis viejos. Y vuelvo a hacer énfasis en el tiempo. El tiempo es lo más preciado que tenemos. Uno eso tiene que valorarlo y aprovecharlo. Después tuve muchos tropiezos más. La verdad es que con Gonza (mi socio) en estos 10 años que experimentamos juntos, tuvimos proyectos que iban a salir y no salieron. Esto es intentar, intentar, intentar. Intentar y equivocarse. Equivocarse y aprender muy fuertemente de los errores, porque no hay que tropezar con la misma piedra. Y para eso hay que estar despierto.

-¿Cómo llegaste a ser quien sos hoy?

-Aprendiendo. Y sobre todo escuchando. Yo creo que es fundamental el aprender a escuchar. Yo creo que hay mucho más por aprender que lo que uno sabe. Amo la frase de Sócrates: “Yo solo sé que no sé nada”. Esa es la verdadera frase. Y la verdad es que es así. Confieso que soy muy workaholic. Y con el tiempo fui aprendiendo a que esa parte profesional que también es muy mía, muy personal, necesita ser equilibrada por la parte espiritual. Lo espiritual es muy importante para la parte profesional. A veces lo vemos como que no podés ser espiritual si te dedicás a la banca o acciones en la bolsa, pero sí que se puede. Y la espiritualidad es muy de uno. Yo disfruto y agradezco de los viajes, como el que hicimos a la Patagonia querida con todo el equipo de Win. Y soy agradecido. Y disfruto. Disfrutar y agradecer desde el vaso de agua que tomo a la ducha que me doy. Entender que la vida es muy mágica y que hay que ser agradecido acá… Y que uno tiene la oportunidad de poder vivir. Es algo que uno puede hacer desde su propia respiración. Es conciencia y es conocimiento para disfrutar todo mucho más. Y tener la humildad de siempre seguir aprendiendo.»

-¿Qué es y qué quiere Win?

Win es la primera fintech que democratizó el fútbol a nivel mundial. Empezamos con el mercado de pases de futbolistas profesionales, permitiendo por primera vez en la historia que cualquier persona común como nosotros pueda invertir y ser parte del próximo pase de un futbolista profesional, por ejemplo: Alexis Mac Allister o Nico González, que salieron de Argentinos Juniors; Dibu Martínez, que salió de Independiente. Ahí tenés jugadores y clubes formadores. Y Win justamente busca darle un financiamiento genuino a los clubes formadores. Nosotros digitalizamos el mecanismo de solidaridad, que es un derecho de formación que la FIFA reconoce a partir de 2001 a todos los clubes formadores. Esto es un 5% en cada transferencia que tiene un jugador que por los años que se formó. Dependiendo del tiempo que estuvo en ese club formador, puede ser desde los 12 a los 23 años. Si se formó todos esos años, es un 5%. Y si no, dependiendo del proporcional de los años que tuvo, es el porcentaje que el club tiene de ese derecho. Eso es lo que nosotros digitalizamos y le bridamos a la gente para que participe en el mercado de pases. A los clubes le permitimos obtener un financiamiento genuino y también aportar la visibilidad global a su marca internacional, ya que cada inversor cuando invierte desde Japón, Estados Unidos, Inglaterra, América o Europa también tiene a disposición la historia de la institución. De Argentinos se sabe que es el semillero del mundo, que ahí se formaron Maradona, Riquleme, Borghi, Redondo y tantos otros cracks. Así que eso también aporta a Win. Queremos hacer historia. Aportar un granito de arena a la historia del deporte mundial. Y que sea una herramienta de financiamiento no solamente para los clubes formadores, sino para todos los actores del deporte. Aspiramos a que el día de mañana cuando no estemos más en este plano, Win siga financiando y cumpliendo el sueño de muchos chicos de poder ser profesionales en el fútbol. Y ojalá en otros deportes también.

-¿En qué proceso están y adónde apuntan?

-Win está en un proceso de constante crecimiento como la startup que somos y con el potencial de mercado que tenemos (más de 50 millones) Entonces, realmente, tenemos un objetivo muy claro que es llegar a todos los clubes del mundo con el primer producto que ya les comenté recién y después ir agregando otros productos que van a beneficiar a los jugadores y a las agencias de representación para darle financiamiento y visibilidad global. Esa es nuestra misión y visión común. Somos una fintech que siempre busca unirse con la gente común que no podía, por ejemplo, ser parte de todas estas verticales del fútbol y hoy en día, sin duda, lo puede ser.

-¿Ves potencial en Argentina?

-Claro que sí. Veo mucho potencial en Argentina. Principalmente por su capital humano. Creo que la adversidad innecesaria que tiene el país es desgastante, pero también genera las mejores mentes; las más hambrientes y las más camaleónicas que se adaptan a los cambios. La Argentina es el país con más empresas unicornios de la región. Uno viaja por el mundo y ve a los nuestros y nuestras triunfar. Después vienen los recursos. Y ojalá un día la política acompañe, flexibilice y agilice para que no solamente la parte emprendedora, sino todos, tengamos un universo mucho más ameno y accesible para focalizarnos en lo que realmente nos tenemos que focalizar. Yo veo mucho potencial en las nuevas generaciones porque también somos una sociedad bastante joven. Y veo cada vez más sentido de pertenencia en las generaciones que hay. Tienen conciencia por el lugar que ocupan, por su cuidado consigo mismo, con los otros y con el medioambiente. Ojalá que las generaciones actuales y las que vengan en un futuro, podamos hacer que Argentina sea potencia mundial. Eso sería un sueño de la vida.

-¿Qué le dirías al Valentín del pasado?

Gracias por no haber aflojado. Gracias por haber confiado en la intuición y en la energía de uno. No hay que buscar ni el okey, ni el aval, ni la mejor respuesta, ni el mejor apoyo de un familiar, ni de un amigo, ni buscar nada en nadie en ese aspecto. Porque muchas veces la gente te transmite sus miedos. Y no está mal, porque es lo que cada uno te da como respuesta de sus vivencias y su historia. Entonces vuelvo al tiempo que tenemos y a la confianza en uno mismo. Obvio que hay que escuchar y aprender, pero después hay que confiar en uno. Y eso es lo que el Valentín del pasado logró: hacer su propio camino. Muchas veces me han dicho que estaba tirando mi tiempo y mi plata en las empresas. Y cuando uno lucha tanto, tanto, pero tanto, el universo te premia y de a poquito todo va cobrando más sentido. Seguimos remando fuerte, siempre, de eso se trata. Pero la verdad que lo que le agradezco a la Valentín del pasado es no haber aflojado en esos momentos claves, como fueron muchos, el apretar el acelerador, ir hacia adelante y por más.

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