Los tumores cerebrales cancerosos son los más temidos. A lo largo de la historia, la medicina ha logrado etiquetar a las células malignas. En este caso, el instituto Weizmann logró clasificar cada capa y de esta manera, se logró un gran paso en el desarrollo de los estudios de esta enfermedad.
Gracias a la secuenciación genética, los científicos aprovecharon la tecnología para reexaminar las distintas composiciones. El tumor primario es el glioma, que se divide en “IDH” y glioblastoma.
En este último avance, demostraron que en los distintos grupos se expresa un programa genético único que determina el estado biológico de las células cancerosas. Además, ahora se puede mapear cada estado.
Como resultado, mapearon con precisión cómo se organizan los tumores de glioblastoma y glioma. Para realizar el estudio, tomaron biopsias de 13 pacientes con glioblastomas y de seis pacientes con gliomas que tenían la mutación IDH.
Estos hallazgos sobre las diferentes capas de un tumor indican que la fuerza impulsora de la estructura en capas del tumor es la falta de oxígeno, que se agrava a medida que avanza la enfermedad y se desarrolla el tumor.
“Estos hallazgos abren el camino a un nuevo enfoque para el tratamiento del cáncer, ya que una vez que estemos familiarizados con los grupos de células que pueblan cada área del tumor y sepamos cómo una célula puede pasar de un estado a otro, podremos desarrollar nuevos tratamientos dirigidos que alteren el curso de la enfermedad”, contó Itay Tirosh.
“La comprensión de que tanto la composición de las células dentro del tumor como su estructura tridimensional están vinculadas al nivel de agresividad del tumor también podría conducir a nuevos métodos de diagnóstico que no dependan únicamente del volumen del tumor y las mutaciones que contiene”, agregó el especialista.