La Escreloris Lateral Amiotófrica (ELA) es una enfermedad neurodegenerativa que afecta a la salud cognitiva de las personas. Y como ocurre todos los 21 de junio, se llevan a cabo campañas de concientización, sobre los cuidados y los procedimientos preventivos.
En realidad, no existe tratamiento para revertir el daño a las neuronas motoras ni curar la ELA. Sin embargo, algunos tratamientos pueden ralentizar la progresión del trastorno y mejorar la calidad de vida.

En todo el mundo, los centros médicos realizan jornadas de concientización sobre la ELA.
Los primeros músculos que suelen sufrir las consecuencias son los de las manos, los pies y la boca. De esa manera, entre los síntomas más tempranos se destaca la pérdida de fuerza y atrofia muscular, pequeñas contracciones musculares o calambres, dificultad para pronunciar ciertas palabras.
La enfermedad, también conocida como “Lou Gehrig”, por un famoso jugador de béisbol estadounidense que la sufrió, se presenta en 7 de cada 100.000, según la asociación.
La fecha conmemorativa fue fijada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) durante el VI Encuentro de la Alianza Internacional de Asociaciones de Esclerosis Lateral Amiotrófica y de Enfermedad de Neurona Motora, que se llevó a cabo en 1996 en la ciudad estadounidense de Chicago, en el estado de Illinois.

Los tratamientos pueden ralentizar la progresión del trastorno y mejorar la calidad de vida.
De esa manera, cada 21 de junio se realizan diversas acciones en gran parte de los países del mundo para alinearse con esta iniciativa: desde iluminar monumentos históricos con el color verde -símbolo de la ELA-, hasta realizar eventos, proponer actividades y difundir materiales audiovisuales.
Existen variantes para hacerle frente a la patología, como las distintas tecnologías AAC, que permiten implementar mecanismos “Tex-to-Speech”, que toman texto y generan el audio del texto hablado.