La celebración es promovida por la Federación Mundial del Corazón, con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la UNESCO. En los últimos días, se dieron a conocer dos estudios que anticipan el riesgo de sufrir un problema de esta índole.
Desde el año 2000, todos los 29 de septiembre se celebra este día especial. Esta fecha fue implementada como una estrategia para dar a conocer, de forma masiva, las enfermedades cardiovasculares, su prevención, control y tratamiento.
No todas las personas tienen la misma probabilidad de padecer un problema vinculado al corazón. Por eso, la estratificación del riesgo es uno de los términos clave en la medicina preventiva y está vinculada a un proceso que evalúa las probabilidades de un paciente para desarrollar un evento cardiovascular a corto o mediano plazo.
Hugo Sanabria, jefe de la Clínica Diabetes del Instituto Cardiovascular, señaló que para estimar el riesgo de un paciente se utilizan biomarcadores específicos como la edad, si fuma y los niveles de colesterol. Y remarcó la importancia de las herramientas complementarias como las ecografías y tomografías: “Podemos evaluar la salud de nuestras arterias por medio de imágenes de forma directa y no invasiva”.
Muchos pacientes llegan al consultorio del cardiólogo asumiendo que tienen algún nivel de riesgo, ya sea por su edad, por ser o haber sido fumadores o por llevar una vida sedentaria. Pero muchos otros –que son los que habitualmente postergan la consulta- presuponen que sus chances de padecer un evento cardiovascular son bajas y se sorprenden al enterarse de lo contrario. “Al visualizar su riesgo, el paciente puede tomar la decisión de implementar cambios de su estilo de vida, incorporando hábitos más saludables”, señaló el profesional.
Los especialistas de todo el mundo coinciden en los cuidados para prevenir una enfermedad cardiovascular: mantener una dieta rica en verduras y frutas, realizar ejercicio (al menos 45 minutos al día) y evitar el cigarrillo.