Lautaro Peretti fue el mentor de la idea que surgió una tarde de paseo por un bar. El joven de 23 años, que perdió la vista cuando era chico, se planteó situaciones del día a día, como la imposibilidad de conocer las opciones de la carta del local. A partir de ahí, motorizó una serie de creaciones al servicio de los no videntes. Fernando Prato y Ariel Figueroa lo secundaron en la aventura.
La premisa, desde el primer momento, fue “dejar una huella en el mundo”. Así arrancó “Puntos de Vista”, en la localidad de Villa María. El sistema de inclusión y difusión del sistema braille cuenta con tres aspectos de acción: señaléticas comerciales, menú en locales gastronómicos y charlas informativas y formativas.
Peretti, en una de las charlas sobre el sistema y la ayuda a las personas no videntes.
Prato, profesor de Lautaro en la Secundaria, aprovechó sus conocimientos en Diseño para realizar pulseras plásticas con los nombres de las personas. Ariel Figueroa, encargado de los asuntos comerciales, terminó de dar el espaldarazo y la iniciativa se empezó a propagar por toda la provincia.
“La respuesta fue muy buena. Hay quienes desconocen que una persona con discapacidad visual lee y escribe, e incluso que puede estudiar, comprar y cuando en las charlas cuento lo que hago, y que es lo que hace cualquiera personas de mi edad, al ser ciego logra otro impacto, y esa repercusión fue excelente”, acotó Peretti.
Uno de los locales, con el menú en sistema braille.
A los días, las novedades llegaron a Perú y México, donde dieron charlas virtuales sobre la importancia del sistema para las personas no videntes en la vida cotidiana: “Nací en el 2000 y deseo que cuando llegue a los 40, una persona ciega no tenga que golpear las puertas para que se nos incluya; que cuando queramos buscar un trabajo, por ejemplo, la empresa a la que vamos inmediatamente pregunte qué estás buscando y en caso de tener una entrevista laboral, que esa persona pueda ingresar porque haya alguien que la recibirá sin estar pensando desde los prejuicios o cuestiones que la lleven a pensar negativamente respecto a lo que no puede hacer sino lo que sí puede”, desea entusiasmado el emprendedor.
Las tiendas de moda también se sumaron al proyecto y ofrecen remeras inclusivas.
