Días atrás se conoció un hecho significativo para la historia de la arqueología. Ya que en marzo, un grupo de investigadores egipcios y estadounidenses realizaron un hallazgo de suma relevancia, debido a que encontraron la parte superior de la estatua del faraón Ramsés II. Tras este valioso descubrimiento se podría completar físicamente la figura de 7 metros que representa al soberano egipcio. A su vez, se puede apreciar las técnicas y el procedimiento creativo que utilizaron en aquel tiempo para edificar la inmensa imagen.
El fragmento superior de la estatua exhibe a Ramsés II con una corona doble y un tocado adornado con una cobra real, que representan los emblemas de su poder y divinidad. Entre los hallazgos más significativos de esta parte de la figura, se encontraron rastros de pigmento azul y amarillo en la superficie de la estatua, lo que señala como eran originalmente estas majestuosas obras.
Para alcanzar este impresionante descubrimiento fue crucial la organización que llevaron adelante los equipos de arqueólogos. Por su parte, Yvona Trnka-Amrhein, profesora asistente de clásicos en la Universidad de Colorado Boulder y codirectora del grupo de excavación manifestó algunos de los escollos que sobrepasaron para lograr el objetivo: “Uno de los problemas de Hermópolis es que está cerca del Nilo. Después de la construcción de la presa baja de Asuán, el nivel freático se convirtió en un gran problema. No había garantía de que la piedra estuviera bien. A veces se descubre arenisca, que básicamente es solo arena o piedra caliza degradada. Podría haber sido simplemente un trozo de roca”.
Cabe destacar que 96 años atrás, el arqueólogo alemán Gunther Roeder desenterró la parte inferior de una estatua que luego se confirmó que era la de Ramsés II, en la Ciudad de Minya, ubicada a 240 kilómetros de El Cairo (capital de Egipto). El significativo hallazgo, en el antiguo sitio denominado Khemnu, en la actualidad conocido como El Ashmunein ayudó a resolver inquietudes que llevaban más de 100 años.
Por su lado, Basem Gehad, colíder egipcio del proyecto, planteó la iniciativa de llevar adelante la unión de las dos piezas de la estatua, lo que representaría un suceso en las exhibiciones arqueológicas y en la comprensión histórica de la imagen de Ramsés II. Aunque por el momento, no logró el objetivo.
Detalles sobre el mandato de Ramsés II
El reinado de Ramsés II comenzó alrededor del año 1279 a.C. y su gobierno se prolongó hasta el 1213 a.C. Su era que duró 66 años, se la conoce como la “época dorada del imperio”. Debido que Egipto ensayó un período de brillantez y magnificencia sin precedente. Asimismo, fue distinguido por ser uno de los más notables soberanos en la amplia cronología del Antiguo Egipto.
Ramsés El Grande, como se lo denominaba, fue parte de la XIX Dinastía de Egipto, en el Nuevo Reino. Una de las características que más se le ponderan fue su capacidad para liderar en el campo de batalla, ya que dirigió más de 15 campañas victoriosas. Estos combates fortalecieron el poder egipcio en territorios estratégicos como Levante y Nubia. A su vez, consolidaron la seguridad y la influencia del reino.
Mientras que otros de los legados de mayor importancia que dejó el reinado de Ramsés II, fue la infraestructura. La grandilocuencia de su reinado se expresó a través de las construcciones majestuosas que se llevaron adelante como ciudades, templos y monumentos situados a lo largo del Valle de Nilo. Entre las edificaciones más distinguidas se encuentran las formidables estructuras del Templo de Karnak y Abu Simbel.
Por su parte, los expertos estiman que Ramsés II vivió 90 años. Los restos del faraón descansaron en el Valle de los Reyes. Sin embargo, años varios después, su momia fue hallada por exploradores en Alijo Real. Luego, se la trasladó al Museo Nacional de la Civilización Egipcia en El Cairo, donde se exhibe. Cabe destacar que en la actualidad, la figura de Ramsés II sigue vigente en el panorama egipcio debido a las marcas que dejaron las colosales estatuas en su honor.