El Bocha Ciantini y su recuperación de un cáncer de páncreas: «La mentalidad de deportista me ayudó a tomármelo como otro desafío»

El Bocha Ciantini, uno de los tipos más queridos del automovilismo, contó públicamente que sufría un cáncer de páncreas e instó a sus seguidores a valorar más la vida. Hoy disfruta de su recuperación y refuerza ese mensaje.

Por Leo Lucente

Jul 20, 2023

José Ciantini, el Bocha para casi todos, tipo querido en un ambiente del automovilismo que recorre desde hace más de 30 años, piloto de Turismo Carretera, hombre de Balcarce, de siembra y cosecha, de empresa familiar, fue sorprendido por un diagnóstico médico en enero de este año, cuando le contaron que padecía cáncer de páncreas. Se animó a exponerse y a contarlo a través de Twitter y recibió una hermosa reacción de buena energía de gente que le deseaba una buena recuperación. Después se entregó a la medicina, a las terapias alternativas y al optimismo por superarlo, y ahora  -con un alentador pronóstico profesional- conversa con ADN+ sobre los aprendizajes y los procesos que vivió, las enseñanzas que busca compartir y las pasiones que no dejan de acompañarlo.

-¿Es posible la idea de vivir todos los días como el último o en la vorágine cotidiana se nos olvida eso?

-Cuando estás en el medio del río, y no sabés si lo vas a cruzar, pensás en vivir cada día como el último. Después, cuando los problemas tienen alguna solución, volvés a la habitualidad de hacerte drama con cosas que no tienen tanto sentido. La verdad es que estas cosas dejan mucha enseñanza, pero después hay que saber aplicarla y tratar de materializarla. Uno tiende a olvidar y en mi caso -que tengo la responsabilidad de llevar adelante una empresa grande, con tanta gente a cargo- se hace difícil delegar: es una palabra fácil de decir, pero difícil de hacer. Uno a veces se olvida de lo linda que es la vida en la vorágine cotidiana, a veces uno no dimensiona todo lo que tiene, lo que lo rodea. Uno vive haciéndose problemas por cosas menores, por detalles que no cambian la realidad.

-¿Qué creés que aprendiste en todo este proceso que te tocó vivir?

-Cuando pienso en el lugar donde estaba y donde estoy ahora, me siento contento. Me gusta el trabajo y lo que hago, no sé si la palabra correcta es “agradecer” lo que pasó, pero, en definitiva, sí valoro que hubo un antes y un después, y obviamente uno puede tomar una perspectiva totalmente distinta de la vida. Hay cosas que uno puede hacer por los demás y no las hace, quizá por distraído o porque está muy metido en sus cosas. Cuando te ponés en esta situación de vulnerabilidad te das cuenta de que hay mucha gente que hace cosas por otros sin esperar nada a cambio, y eso es tremendamente valioso y tremendamente importante para muchos, y por eso me gustaría poder hacer algo con todo esto, no sé si una charla TED o un libro, pero contar mi experiencia quizá pueda servir.

-¿Te hizo bien en lo personal poder exponer públicamente lo que te pasaba?

-Yo pienso que sí, fue una acción espontánea te diría. Lo expuse porque sentía que mi vida estaba en perfecto orden en todos los sentidos y de pronto cambiaba todo, y mi comentario fue para el que quizá tiene un problema que en ese momento le puede parecer un universo, y al final no, al final uno se da cuenta de que los problemas grandes son otra cosa cuando ocurre algo. Tampoco quería que se dijeran cosas que no eran, así que lo escribí en Twitter y la reacción fue impresionante, venía mi hija a mostrarme la repercusión que había tenido y no lo podía creer; lo mismo con lo que se generó después, con las muestras de cariño de gente cercana y de gente que no conozco, estoy muy agradecido por eso.

-¿Cómo fue tu reacción al enterarte de lo que te estaba pasando?

-Si hago un paralelismo con el fútbol, dije: “Si me van a ganar voy a ir al piso en todas las jugadas, voy a dejar todo en la cancha, voy a transpirar la camiseta como nunca y voy a ir a trabar todas las pelotas´”, y por eso –además de confiar en la medicina, en el trabajo de los médicos– hice todo tipo de terapias alternativas, cosas que realmente nunca en la vida había pensado hacer, desde dietas alcalinas, biodecodificación, técnicas de respiración con instructores, reiki, curas sanadores, realmente todo lo que estuviera a mi alcance y no intercediera con la parte médica.

-Si es que se puede considerar de esta forma, ¿de dónde creés que sacaste la fuerza para encarar la enfermedad como lo hiciste?

 –Mirá, yo tengo dos formaciones: una me la dio el trabajo, la empresa, y la otra me la brindó el deporte. La realidad es que, ante la noticia de una enfermedad, y más como me la plantearon a mí, la parte empresarial no podía aportarme mucho, y ahí fue importante el deporte porque el deportista vive de los desafíos y pude tomarlo de esa forma. Creo que fue fundamental esa mentalidad para poder tomármelo como un nuevo desafío y estar en el lugar que estoy hoy.

-¿Y la cabeza cómo te jugó a vos en toda esta etapa? Porque respetuosamente y desde el lugar que toca observar, uno entiende que puede ser importante –para bien o para mal– cómo te sentís en ese aspecto.

-Es que sí, realmente, a mí me pasó que cuando el panorama era muy negro seguí trabajando como si nada pasara, y eso no te voy a decir que me curó, pero sí me permitió que no se me enfermara la cabeza pensando. Probablemente alguien que no está tan ocupado le da mucho más tiempo a pensar el problema, y yo a pesar de que las cosas estaban mal, necesitaba aprovechar todo el tiempo para que las cosas estén ordenadas por si se me complicaba un poco más la situación médica, quería que mis hijos supieran qué cosas hago, cómo lo hago, tenía la preocupación de ordenar todo.

-Realmente se ve que fue un año muy intenso, con muchas emociones fuertes, y quisiera saber cómo viviste el hecho de que tu hijo Diego consiguiera su primer triunfo en Turismo Carretera en medio de esta situación…

-Fue un año muy vertiginoso, parece una montaña rusa la verdad. Fue muy fuerte el triunfo de Diego, porque encima en ese momento no tenía el mejor de los panoramas, fue como un premio que me daba la vida. Si bien lo disfruté, también sentía que podía vivir un regalo de despedida que me daba la vida. Me decía a mí mismo: “Por lo menos lo vi ganar una vez”. Por suerte cambió el panorama después de la operación que tuve, que fue muy grande y muy riesgosa, pero por suerte salió todo muy bien.

-Hace un rato mencionaste al fútbol como un paralelismo, sabemos tu fanatismo por River, ¿el día antes de la operación fuiste a conocer el renovado Monumental?

-Sí, fui contra Independiente, me operaba el lunes y el domingo estuve en la cancha, quedó muy linda. River es parte de mi vida, ahora estoy disfrutando de este nuevo título, pero no solo estoy feliz por eso sino porque el club está ordenado, porque justamente se haya logrado remodelar el estadio, tener un gran plantel. Este resultado tiene que ver con el club que hay, con buenas decisiones, con un técnico que tenía un trabajo difícil como reemplazar a (Marcelo) Gallardo, pero lo hizo excelente. Y más después de lo que le pasó al club, un poco estuvo como yo, le pasó lo peor que le podía pasar, pero ahora está más fuerte que nunca.

https://twitter.com/JCiantini/status/1656060949302738947

-¿Cambiarías tu historia en el automovilismo, tus triunfos en TC, por haber jugado profesionalmente y hacerle un gol sobre la hora a Boca en el Monumental?

-Sí, claro, amo el automovilismo y estoy muy agradecido con todo lo que me dio, pero cambiaria todo. Me di el gusto de jugar en la cancha de River cuando fue la despedida de Leo Ponzio y es lo más lindo del mundo, sin dudas.

La familia Ciantini está ligada históricamente al automovilismo y puntualmente al Turismo Carretera. José debutó en Turismo Carretera el 6 de marzo de 1993 en Balcarce, con un Dodge. Al cabo de 260 carreras en la categoría, cosechó 3 triunfos en Finales y 19 en series, 15 podios, 10 pole position y 2 récords de vuelta. Su mejor posición en el campeonato fue 8º, algo que consiguió en 1996 y 2005.

Noticias relacionadas

Seguí leyendo: