Mientras se preparan para realizar el cónclave que deparará en la elección del próximo Sumo Pontífice, el Vaticano celebró hoy el segundo día de los novendiales, también conocido como los nueve días de luto en honor al Papa Francisco, quien falleció el lunes 21 de abril a los 88 años. La misa estuvo liderada por el cardenal Pietro Parolin, quien recordó la misericordia que siempre predicó el argentino.
En lo que hubiese sido una típica jornada del segundo domingo de Pascua, catalogado como Domingo de la Divina Misericordia, el ex secretario de Estado vaticano exclamó: “Nuestro afecto por él, que se manifiesta en estas horas, no debe quedarse en una mera emoción del momento; debemos acoger su legado y hacer que se convierta en una vida vivida, abriéndonos a la misericordia de Dios y haciéndonos también misericordiosos los unos con los otros”.
En la misma línea, expresó que el Sumo Pontífice «ha sido testigo luminoso de una Iglesia que se inclina con ternura hacia los heridos y cura con el bálsamo de la misericordia; y nos ha recordado que no puede haber paz sin reconocer al otro, sin cuidar a los más débiles y, sobre todo, nunca podrá haber paz si no aprendemos a perdonarnos unos a otros, usando entre nosotros la misma misericordia que Dios tiene hacia nuestra vida».
Aunque habló sobre el dolor que significó la partida del ex Arzobispo de Buenos Aires, pues hay un «sentimiento de tristeza y pérdida que nos asalta», se refirió a la «alegría pascual» que percibió en el rostro de los jóvenes presentes, quienes viajaron para estar en el Jubileo: «Les dirijo un saludo especial, que dirijo también a los obispos que los acompañan, a los sacerdotes, a los catequistas, a los animadores de sus grupos. Un saludo especial con el deseo de hacerles sentir el abrazo de la Iglesia y el afecto del Papa Francisco, a quien le hubiera gustado encontrarlos, mirarlos a los ojos y pasar entre ustedes para saludarlos».
Para concluir, Parolin saludó a los empleados y fieles del Vaticano que mantienen viva la memoria de Francisco y les explicó que el Papa «extiende su abrazo desde el Cielo». Además, le pidió a la Virgen María que «nos proteja, interceda por nosotros, vele por la Iglesia y sostenga el camino de la humanidad en paz y fraternidad».
