La pandemia fue el disparador para los investigadores del Instituto Weizmann de Israel. La idea de realizar un relevamiento en pacientes hospitalizados, dio al puntapié a la creación de un laboratorio tecnológico. Y ahí nació BRAHMS, el sistema de monitoreo de salud Bio-Radar, para realizar un seguimiento de cada persona a distancia.
El aparato fue diseñado para monitorear los signos vitales de cada paciente y permite la medición sin contacto de dos signos vitales clásicos: la frecuencia cardíaca o pulso y la frecuencia respiratoria; además, puede proporcionar una medición de la función pulmonar. Es posible que se incorporen más parámetros en el futuro, como la medición de la presión arterial y el análisis del patrón respiratorio, especialmente para la detección de la apnea del sueño.

Yonina Eldar fue la creadora del sistema, que fue craneado en plena pandemia.
BRAHMS funciona rastreando los movimientos sutiles del pecho e interpretándolos mediante un sofisticado algoritmo. El equipo ya ha demostrado que su sistema puede monitorizar de forma fiable a varias personas a la vez, incluso en entornos ruidosos y concurridos. Identifica a todas las personas en la habitación, mide sus constantes vitales sin contacto y envía las mediciones a un monitor, que puede alertar al personal médico.
El sistema puede instalarse en salas de urgencia, unidades de cuidados intensivos o cualquier otro entorno. Su uso será fundamental en los recintos de niños, ya que suelen ser inquietos.
Las unidades sin contacto no solo reducirían el riesgo de propagación de infecciones, sino que también eliminarían la incomodidad del paciente y la molestia de los cables enredados o desenganchados. Se estima que alrededor del 40 % de los pacientes de unidades de cuidados intensivos experimentan irritación cutánea, cables sueltos u otras complicaciones relacionadas con los dispositivos de monitorización a pie de cama, lo que motiva aún más la transición hacia la detección por radar sin contacto.

Oldar, junto a todo el equipo de investigadores del Instituto Weizmann.
BRAHMS fue ideado por un equipo de Ingeniería de Sistemas, que integró una amplia gama de elementos de diseño. “Combinamos ingeniería, matemáticas y física, hasta el nivel de ecuaciones físicas que describen el movimiento ondulatorio y la propagación de la información, con el objetivo de resolver un problema clínico real, y eso fue lo que hizo posible el desarrollo”, afirmó la profesora Yonina Eldar, impulsora del gran invento.