El Feliz Domingo delivery de Silvio Soldán

El histórico conductor del programa para la juventud que marcó una época en varias generaciones recorre el país con el nostágico "cofre de la felicidad" y se reinventó a los 88 años.

Por Federico del Río

Oct 9, 2023
Soldán sigue transmitiendo alegría con su impronta.

Soldán sigue transmitiendo alegría con su impronta.

Silvio Soldán es un prócer de la televisión argentina porque durante 30 años las familias de todo el país se emocionaban cada fin de semana con el legendario programa Feliz Domingo, que se distinguía por premiar a los jóvenes con el tradicional viaje de egresados a Bariloche al finalizar la secundaria. La sonrisa, la prestancia y las frases del conductor marcaron a varias generaciones y hoy, a los 88 años, revive aquellos momentos inolvidables con un emprendimiento personal con el que recorre diferentes rincones de la Argentina emulando el clásico «preguntas y respuestas» y con el nostálgico «cofre de la felicidad» como reliquia.

«Si no trabajo me voy de gira para arriba. No puedo estar quieto», contó Soldán en una entrevista con Clarín, en la que también recordó cómo se le ocurrió este moderno y personal Feliz Domingo: «Un día me convocaron para hacer una fiesta para el personal de Aeropuertos 2000.  Cuando llegué y pregunté ‘¿quién es el artista, la figura?’ me respondieron ‘usted’. Yo estoy acostumbrado a presentar a las figuras, no serlo. Se les ocurrió poner como un cofre, sortear algo entre 10 personas y fue un éxito total. Ahí dije: ‘Esto es un negocio'».

La intuición y la inteligencia de Soldán no fallaron, porque desde hace años se dedica a saborear los frutos del éxito de su pasado en eventos empresariales, fiestas privadas, cumpleaños, cenas show.  «Llegué a hacer un evento con 200 personas y otro con nueve. Los dos últimos que me contrataron curiosamente habían ganado el viaje a Bariloche en Feliz Domingo. ¡Para mí es revivir! … Suena Luces de mi ciudad, de Mariano Mores, hacen palmas y no falla nunca. Empiezan a revolear las servilletas. Es maravilloso», relató Silvio, quien mandó a fabricar un cobre de madera a una carpintería «más pequeño que el original porque no lo podía transportar».

El legendario conductor que compartía cada domingo con los jóvenes y las familias argentinas en tiempos en lo que apenas existían los canales de aire porque el cable aún no había llegado a la TV, también calificó su emprendimiento como una «súper terapia» porque «conozco gente, me divierto», admitió que vive solo a pesar que lleva años en pareja «con una mujer maravillosa de cincuenta y tantos» y se reconoció como un «analfabeto digital» porque no tiene computadora ni utiliza redes sociales. Es más, sigue leyendo el diario en papel. Incluso, en esta extensa entrevista reveló que en sus años en la cárcel por caso de su ex esposa Giselle Rímolo aprendió que «ahí tienen códigos, si contrabandeaban vino, me daban vino; en la cárcel tienen más códigos que en la tele».

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