Desde el viernes, la Ciudad del Vaticano está siendo testigo del II Encuentro Mundial sobre la Fraternidad Humana, un evento promovido por la Fundación Fratelli tutti con la intención de que 30 ganadores del Premio Nobel y diversos activistas de los derechos humanos debatan sobre «las cuestiones más acuciantes del mundo contemporáneo«. Como el papa Francisco es un referente de las comunidades a nivel mundial, participó en la jornada de ayer en una mesa más que importante.
Tal como habían adelantado en la previa, el sumo pontífice dijo presente en «Niños, generación futuro«, un encuentro que se realizó en el Aula Nueva del Sonido con científicos, expertos en la temática y, por supuesto, niños con el objetivo de dialogar y reflexionar sobre los diferentes temas que atraviesan a los más jóvenes.
Ante tanta convocatoria, el cardenal de Roma decidió empezar la conversación preguntándole a los infantes sobre el significado de la felicidad, lo que llevó a que una niña responda que para ella es «estar todos unidos, ser una sola familia, la familia de Dios».
Tras una charla enriquecedora con los más chicos, cuyos asuntos que se abordaron fueron la guerra, la amistad y la paz, el líder de la Iglesia Católica explicó el futuro de la humanidad no está en los adultos, sino que está en las otras «dos puntas»: los niños y los ancianos.
Y añadió: «Cuando se encuentran niños con abuelos es algo hermoso y tenemos que cuidar de ellos porque serán el futuro. Los abuelos nos dan sabiduría y los niños aprenden la sabiduría de los abuelos. Los abuelos tienen un pasado que nos da mucho, los niños tienen un futuro que recibe del pasado. Y por eso creo que es muy importante ayudar a los niños a crecer, a desarrollarse».
El papa pidió un intercambio de rehenes entre Ucrania y Rusia
Francisco realizó este domingo la misa en la Solemnidad de la Ascensión del Señor, cuya celebración se está llevando a cabo en diferentes iglesias de todo el mundo. Luego de rezar el Regina Coeli, el argentino se tomó un instante para afrontar la complejidad de la guerra entre Ucrania y Rusia y pedir que realicen más intercambios de rehenes: «Mientras celebramos la Ascensión del Señor resucitado, que nos libera y nos quiere libres, renuevo mi llamamiento en favor de un intercambio general de todos los prisioneros entre ambos países«, declaró.
Y continuó: «Asegurando la disponibilidad de la Santa Sede para favorecer todos los esfuerzos en este sentido, especialmente, por aquellos gravemente heridos y enfermos. Sigamos rezando por la paz en Ucrania, en Palestina, en Israel, en Myanmar. Recemos por la paz».
Si bien el papa aprovecha cada oportunidad que tiene para manifestarse sobre la guerra, esta es la tercera vez en el año que pide explícitamente que suelten a las personas secuestradas. El 31 de marzo y el 17 de abril ya se había referido al tema describiéndolo como «una cosa muy horrible, no humana».