En innumerables sectores del globo terráqueo se está llevando a cabo una nueva edición de la celebración por el Día de Reyes. Naturalmente, la República Argentina no es la excepción a la regla y se viven momentos especiales.
Como consecuencia de ello, muchas personas se preguntan cuál es el origen del Día de Reyes y de los Reyes Magos, esos que llegan de ilusión y de esperanza a muchos niños, los cuales aguardan el desembarco de los regalos característicos.
Por empezar, hay que decir que los Reyes Magos de Oriente tiene que ver con el nombre por el que la tradición cristiana denomina a los magos. Es decir, una denominación que recibían los sacerdotes eruditos en el Antiguo Oriente.
Según el Evangelio de Mateo, luego del nacimiento de Jesús de Nazaret, los Reyes Magos acudieron desde Oriente para rendirle homenaje y entregarle regalos al mismo, los cuales poseían riquezas simbólicas como oro, incienso y mirra.
De todas maneras, en los evangelios canónicos, solamente el Evangelio de Mateo habla de dichos magos. No se precisan sus nombres, ni que fuesen reyes, ni que fueran tres. Recién en el siglo III se estableció que pudieran ser reyes y que fuesen tres.
En tanto, los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar aparecen por primera vez en el conocido mosaico de San Apolinar el Nuevo, el cual data del siglo VI. Allí se distingue a los tres magos ataviados al modo persa con sus nombres escritos encima y representando distintas edades.
Con el paso del tiempo, en los países de tradición católica, se adoptó la costumbre de celebrar al mismo tiempo el día de la Epifanía -6 de enero- y la festividad de los Reyes Magos, conjugándose la manifestación de Jesús al mundo no judío con la fiesta de estos personajes.
