Lo que arrancó como un negocio familiar empezó a dar sus frutos a pasos agigantados. Gaspar dio el puntapié, ofreciendo pollos por las calles porteñas, hasta abrir su pequeño mercado en Caballito. Fue el puntapié…
En 1965 crearon Granja Tres Arroyos y en 1981, ante el avance de la competencia, compraron el primer molino y la organización fue sumando especialistas. Con los años, Joaquín, el hijo menor de Gaspar, fue adquiriendo responsabilidades hasta quedar a cargo de la empresa.

Joaquín acompañó a su padre en la calle y hoy lidera la empresa.
Pero sin dudas, el gran paso se dio con la incorporación de la planta de faena en Concepción Uruguay, Entre Ríos, en 1985. En la actualidad, cuenta con ocho sedes de ese tipo, cuatro plantas de industrializados, ocho de incubación y diez centros de alimento balanceado.
Hace poco se alió a Tyson Food, una de las compañías de carne más grandes del mundo. En la actualidad, más del 20% de las toneladas anuales que se producen en el país salen de sus frigoríficos y exporta el 35% de su producción a más de 60 países.

La fábrica cuenta con plantas en todo el país.
Respecto del consumo de pollo en el mundo, De Grazia explicó el mapa de la exportación de las partes del pollo. Allí se muestra que Europa prefiere la suprema; Japón y Rusia, la pata y muslo y China y Hong Kong, las garras por las que se pagan u$s 500 la tonelada. Y que GTA vende a esos destinos, que hace poco tiempo, les pidieron el “tronquito” que la une con la pata, que también comenzaron a venderles. Este producto -además de los tradicionales cortes que exporta GTA- cuenta con una excelente aceptación, lo que se sustenta en los exigentes requisitos sanitarios de bioseguridad y de calidad que le permiten abastecer y a su vez continuar creciendo en el comercio internacional.