Andrés Gorostiaga era ingeniero químico en una empresa láctea de renombre, un día, de visita por un shopping en Brasil, descubrió un producto parecido a la paleta mexicana, algo que no existía en la Argentina. Y ahí vio la oportunidad con la idea de combinar la calidad de un helado a escala industrial.

Plantel completo en una de las fábricas.
Así es que llamó a Federico, quien fabricaba carteras y zapatos, y juntos se terminaron de capacitar en el asunto. Alquilaron una planta, compraron máquinas y en 2015 lanzaron sus primeros tres locales. “Al inicio tiene sus costos, pero siempre hay que apostar en grande y ser positivo, de esa manera uno hace que el ejercicio de emprender sea exitoso”, dijo Andrés.
Lograron posicionar la marca en tiempo récord y las franquicias crecieron a pasos agigantados. Dos años más tardes editaron el libro “Ser emprendedor” y fueron nombrados en la revista Forbes.

Los emprendedores editaron un libro y fueron elogiados por Forbes.
En la actualidad, cuentan con 70 locales y en España tienen espacios en Barcelona, Fuengirola, Mallorca y Valencia. El gran desafío es aterrizar en Estados Unidos.

Entre sus variedades, la marca ofrece helados para celíacos.