El hallazgo se dio en la antigua ciudad portuaria de Thonis-Heracleion, situada frente las costas de Egipto. Los arqueólogos subacuáticos descubrieron un santuario hundido y un templo de antiguos tesoros relacionados con el dios Amón y la diosa Afrodita, según informó el Instituto Europeo de Arqueología Subacuática (IEASM).
Los bloques de piedras se derrumbaron por un cataclismo ocurrido a mediados del siglo II A.C. Estos fragmentos pertenecían a un imponente templo consagrado al dios Amón, donde los faraones obtenían de esta divinidad suprema los títulos de su poder como «reyes universales», según informaron a través de un comunicado.
La ciudad cuenta con una historia particular. Fue descubierta por primera vez bajo el agua en el año 2000 por el IEASM, se encuentra ahora a unos 7 km de la costa egipcia. En su época, fue el principal puerto de Egipto en el Mediterráneo y estuvo en funcionamiento durante siglos antes de la fundación de Alejandría en el 331 A.C.

Algunos de los tesoros que aparecieron en el agua.
Sin embargo, debido a la elevación del nivel del mar, terremotos y maremotos que causaron la licuefacción de la tierra, una gran porción de 110 kilómetros cuadrados del delta del Nilo quedó sumergida en el mar, llevándose consigo a la ciudad.
«Es extremadamente conmovedor descubrir objetos tan delicados, que sobrevivieron intactos a pesar de la violencia y la magnitud del cataclismo», declaró en el comunicado Franck Goddio, presidente del IEASM.

Los arqueólogos encontraron columnas y construcciones históricas.
Durante la exploración del templo, los arqueólogos desenterraron una serie de tesoros y objetos antiguos, como instrumentos rituales de plata, joyas de oro y recipientes de alabastro que se usaban para guardar perfumes y ungüentos. También encontraron estructuras subterráneas bien conservadas, sostenidas por postes y vigas de madera que datan del siglo V A.C.