Es artista de jazz, se inspiró en Ramos Mejía y es candidata a los Premios Gardel

Roxana Amed vive en Estados Unidos, pero pasó gran parte de su vida en el Oeste: los paisajes de La Matanza siguen siendo su inspiración.

Por Jonatan Pedernera

May 25, 2024

La cantante argentina de jazz está radicada hace 10 años en Estados Unidos. Si bien sus inicios en el género se remontan a la década del 80, en esta última década pegó un gran salto y ya lleva 11 discos editados. Sus inicios en Ramos Mejía son disparadores para seguir creando melodías.

Aunque hay que aclarar una cuestión, Roxana incursionó en el espectáculo por el cine: participó en la iluminación en el film icónico de Leonardo Favio, “Gatica”.

Las cámaras encendieron la llama y el jazz hizo todo lo demás. Su vida en Ramos fue fruto de inspiración: la estación, la avenida de Mayo, las antiguas galerías sobre Rivadavia y las plazas. Y por supuesto, su casa materna, ubicada en Gaona y Rodríguez Peña.

La artista matancera es una de las candidatas a llevarse el Gardel.

El mundo, según la compositora, comenzó ahí. Egresada del Colegio Ward y sin familiares o amigos en la escena del jazz bonaerense, viajaba hasta la Ciudad de Buenos Aires para cantar en clubs musicales y «big bands» . “Por aquel entonces no sentí el esfuerzo que hacía para ir hasta la Capital. No tenía el apoyo de un séquito o de un novio, iba sola a los lugares y me tiraba a la pileta”, compartió.

Su disco “Becoming Human” es el undécimo álbum de su carrera y su gran apuesta en la escena internacional.

Editado por Sony Music Latin y producido con la beca ‘New Jazz Works’ de la Chamber Music America, según la cantante se trata de su disco más íntimo. Y añade: “Trata sobre convertirme en artista, en alguien que intenta percibir este proceso de vivir y morir con la máxima sensibilidad, dejando atrás un testimonio de haberlo hecho”.

En acción. Roxana, grabando su último material en el estudio.

Roxana aprendió sobre sus primeros pasos en la escena cultural y comparte sus reflexiones y consejos a sus alumnas norteamericanas. Las motiva a que colaboren entre ellas y que no dependan tanto de sus compañeros varones. “A las chicas las ayudó a sacar los acordes, lo hacemos entre nosotras hasta que nos salga”, dice.

Su material la trajo nuevamente a Buenos Aires, a su Ramos Mejía. Y hay algo más: en la 26° edición de los Premios Gardel, que se realizará el próximo martes, su disco “Los Trabajos y Las Noches” está nominado a “Mejor Álbum de Jazz”.

 

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