Es cordobés y se transformó en la voz de la Estatua de la Libertad

El locutor argentino Agustín Giraudo se convirtió en el encargado de la voz latina en el marco de la audioguía para turistas.

Por Gabriel Casazza

Jun 26, 2024

En agosto de 2017, Agustín Giraudo recibió un correo electrónico muy especial. En primera instancia, el oriundo de la provincia de Córdoba pensó que se trataba de una broma, pero nada resultó más alejado de la realidad. Por el contrario, se transformó en una oportunidad de oro.

«Flaca, alguien me está haciendo una joda», le dijo el locutor argentino a Natalia, su mujer. Cuando estaban haciendo dormir a su hijo mayor, Benicio, un mail escrito en inglés le cambió la vida por completo a este soñador que terminó recalando en Estados Unidos.

Es que la productora de Tim Giardina, en Nueva York, había contactado a Giraudo. Le comunicaron que había sido elegido para grabar la voz de la audioguía latina para los visitantes de la mismísima Estatua de la Libertad. Claro, por eso él no lo podía creer.

«En junio me había llegado un pedido donde necesitaban una voz joven, latina, para narrar historias de Estados Unidos. Yo pensé que era algo escolar y les mandé un audio cortito, con voz de adolescente», comenzó indicando Giraudo en diálogo con Infobae.

«En ese audio decía: ‘Hola amigo, me llamo Agustín ¿cómo estás? Espero que estés bien, ¿podemos echar mocos? No, no, no echemos mocos porque nuestros padres se van a enojar’. Y después les decía: ‘Bueno, cualquier cosa me avisan’. Yo me presento a muchos castings por día, así que me olvidé. Eso había sido todo», profundizó.

Agustín tiene 43 años de edad y lleva más de dos décadas siendo locutor. Estudio en el Colegio de Periodismo Obispo Trejo y Sanabria de Córdoba y empezó a trabajar en una radio local de Río Segundo, su ciudad natal. Luego fue voz en FM Dale y locutor de piso en Touch TV, por Canal 12, y en Muy de Minas, por Canal C.

Luego de firmar el contrato para la audioguía de la Estatua de la Libertad, recibió un guión de 76 páginas para grabar con voz latina neutra. Su personaje se llamó Martín, tenía 18 años y compartía la tarea de guiar a los visitantes con otra locutora, su «hermana menor».

Agustín jamás había viajado a Nueva York y solamente conocía la Estatua de la Libertad por fotos. Ni siquiera tenía detalles sobre su interior. Sin embargo, se terminó familiarizando tanto con ella que, en la actualidad, ya forma parte de su rica historia.

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