Allá por febrero de 2022 se desató la guerra entre Rusia y Ucrania. En aquel entonces, con solamente 19 años de edad, Arina tomó la determinación de escapar de su país con la misión de poder encontrar una vida mejor.
En ese contexto, Arina pasó primero por Polonia mientras sus padres, que seguía en territorio ucraniano, la pasaban realmente mal ante la caída permanente de las bombas. Eso la convenció de no querer regresar.
«Me fui casi con lo puesto. Apenas una mochila con muy poca ropa y algunos objetos personales», comenzó exteriorizando Arina, que en su país se dedicaba a las danzas con fuego, en declaraciones brindadas a Infobae.
Mientras tanto, Daniel, en Buenos Aires, se topó con Arina en Instagram, comenzó a seguirla, a darle likes y a charlar con ella. Ese fue el inicio de una historia de amor que sigue hasta el día de hoy y que derivó en la apertura de un local comercial.
Así fue como, paso previo por India, donde las cosas no le salieron de la mejor manera, ella recaló en Argentina: «Fue muy jugado, pero era lo que sentí en ese momento», señaló. Y se terminó enamorando de Daniel. Sin escalas.
«Nos conocíamos muy poco y hasta me daba un poco de miedo. Traje dinero extra por si me tenía que sacar un pasaje de urgencia de vuelta a Europa. No sabía con quién me iba a encontrar», amplió la joven ucraniana sobre esta situación.
«En Argentina intenté dedicarme a la danza, pero pagaban muy poco. No me alcanzaba el dinero para vivir de eso», profundizó. El paso siguiente fue comenzar a cocinar comida ucraniana desde la vivienda que compartía con Daniel.