España vivió su 23-J, tal como lo llamaron los medios al día para las elecciones presidenciales. Fecha modificada y cuestionada: luego de una derrota en Madrid, el presidente Pedro Sánchez decidió adelantar la fecha prevista y ubicarla en un fin de semana de pleno verano, ya con muchísimos españoles de vacaciones, de ahí los cuestionamientos. Aunque por estas tierras está la opción de votar anticipadamente por correo, solución para aquellos que estaban fuera de su hogar disfrutando del descanso estival. Y lo más llamativo del resultado es que el candidato más votado -Alberto Núñez Feijóo, del Partido Popular- podría no terminar siendo el presidente del gobierno español.
Si bien los españoles están pendientes de la conducción de su país, llama la atención (al menos en Madrid) que las calles no estén invadidas de carteles de propaganda política. Incluso el mismo domingo de las elecciones, cualquier turista que caminara por las principales calles del centro de la ciudad ni se hubiera imaginado que se estaba elegiendo al próximo presidente. La invasión visual de campaña a la que estamos acostumbrados en Argentina contrasta con lo poco que se ve en Madrid.
Más allá de ese detalle de color, ahora los españoles quedaron a la espera de los acuerdos políticos que tejan los partidos para saber si tendrán presidente (y cuál será) o la chance incluso de tener que volver a votar dentro de unos meses. Aquí la definición está en las manos de los Diputados y el Partido Popular no alcanzó la mayoría absoluta. Llegó a 136 de los 176 mínimos necesarios y tampoco le alcanza un acuerdo con Vox, la ultraderecha. Del otro lado, el PSOE del actual presidente y candidato a la reelección Pedro Sánchez terminó cerca, sabe que puede contar con los votos de Sumar (cuarta fuerza en la elección) y de varios de los partidos independentistas para mantenerse en su cargo sin haber sido el candidato que más votos cosechó.
Claro que ahí se gestan las alianzas con acuerdos que pueden resultar muy cuestionados. Y también existe la posibilidad que ninguno de los dos llegue a eso 176 escaños para tener la mayoría. Hay dos instancias en Diputados para lograr una definición antes de tener que volver a las urnas. «El PP reclama un gobierno de Feijóo o ir a elecciones y Sánchez lo descarta». «El ‘empate’ entre la izquierda y la derecha acerca el fantasma de un bloqueo político». Esos son algunos de los títulos de esta jornada de lunes en España mientras los referentes de los siete partidos con menos escaños empiezan a pronunciarse abriéndose al juego de las alianzas según lo que los principales candidatos les ofrezcan a cambio de esos votos que pueden definir al próximo presidente.