Si hablamos de historias de superación y de fuerza de voluntad, es imposible hacer caso omiso a la protagonizada por Jorman Gutiérrez, un colombiano que, pese a las adversidades, supo anteponerse y dar el golpe sobre la mesa.
Sí, este artista colombiano nacido en la ciudad de Armenia sobrevivió a un terremoto, estuvo ciego y, a pesar de todo ello, se transformó en un pintor autodidacta de sumo reconocimiento en Argentina. Para aplaudir de pie.
Todo comenzó cuando era niño, cuando dibujaba piezas de ladrillos en el piso mientras acompañaba a su padre en la venta ambulante por los distintos pueblos de Armenia, Colombia. Allí optaba por limones y mangueras, entre otras cosas.
Sin embargo, un terremoto terminó destruyendo su hogar y dejándolo ciego por varios días. A su vez, mutiló dedos de la mano de su hermano mayor y mató a varios miembros de su familia. Sí, realmente duro.
«De donde vengo no es una posibilidad ser pintor. Es algo completamente utópico, imaginario. Pero yo estaba muy seguro de lo que quería», comenzó exteriorizando Jorman en declaraciones brindadas a TN.
Luego, en 2014, el protagonista de esta historia de vida sacó un pasaje para estudiar en Buenos Aires, becado por el artista Guillermo Roux, quien posteriormente se convirtió en su mentor y en su amigo.
«Pintar es una forma de buscar soluciones y cada centímetro de la tela en blanco es un reto. Cuando pones un color en la tela ese color te está diciendo una cosa, pero pones otro al lado y hace que el primer color refleje otra sensibilidad», profundizó.
«Entonces ya te cambia la escena y si le agregas un tercer color otra vez se empiezan a mover todos. Entonces de alguna manera eso es algo muy difícil de conseguir en la pintura y es uno de los mayores retos de los artistas, porque uno cuando ya ve la pintura terminada ve la armonía, ve el equilibrio, siente esta belleza, este sentimiento de lo sublime, pero en realidad es un gran trabajo por parte del artista tomar cada una de esas decisiones», culminó.