Patriota de pura cepa, el chiquito volvió a cumplir con su rutina de acoplarse al escuadrón con la vigilia y el desfile en la mismísima Casa de Gobierno. Pero esta vez, la recorrida fue más larga, Lorenzo pasó por el Cabildo y también visitó la Catedral y el Museo Histórico Nacional. Además, fue vigía del sable curvo de Don José de San Martín, su gran ídolo.
El niño es de Rojas, una ciudad de la provincia de Buenos Aires, y desde que arrancó a hablar, no para de repetir canciones patriotas. La escarapela, la bandera, los héroes y la historia, forman parte de sus charlas en el día a día y en la escuela, donde ya contagió a todos sus compañeros. Pero el amor por los granaderos, ocupa un lugar de referencia para el chiquito.
“Una vez más, hizo el cambio de guardia y respondió a todo lo que ordenaban. Quedó muy contento después de visitar el Cabildo y la Catedral. El pico fue cuando vio el sable de San Martín, es muy fanático: en su último cumpleaños se vistió de Libertador y todos los amiguitos lo siguieron”, dijo Bettina Caro, su mamá.
La familia es de Rojas y gracias al pequeño, se logró que el cuerpo de granaderos desfile en la ciudad. Cada vez que pasea por el centro, la gente lo recibe con aplausos: “Todos lo conocen acá y en el hotel cuando viajamos a Capital. Nosotros lo bancamos con sus locuras y siempre vamos a estar presentes como padres”, contó la madre, quien agregó que su hijo ya le pidió que vuelvan a Buenos Aires para el aniversario de San Martín, el próximo 17 de agosto.