Son pocas las personas que realmente escriben páginas fundamentales en la historia de un país como para perdurar eternamente en la memoria de una población. Aunque a veces pensemos que conocemos todo sobre estos personajes, siempre aparecen nuevos relatos o anécdotas producto de los amigos, conocidos o allegados que tuvieron a lo largo de su vida. Como suele suceder, estos amigos, conocidos o allegados no son recordados, pero son más que valiosos por haber presenciado algo extraordinario en el lugar de los hechos. Y, sobre todo, por poder contarlo para seguir agigantando mitos y leyendas.
Fernando Pastor es un cardioangiólogo intervencionista que nació en Villa Dolores, Córdoba, y actualmente vive en Villa Mercedes, San Luis. Si bien es una eminencia de la medicina nacional, posee una particularidad que casi nadie tiene en el mundo: conservó vínculos directos e indirectos con tres de las personalidades que más marcaron a la Argentina en los últimos 200 años.
Para muchos resultará increíble de creer, pero el jefe de equipo del Instituto Cardiovascular Cuyo tiene historias familiares con José de San Martín y Juan Domingo Perón. Además, se dio el lujo de atender a Diego Armando Maradona en la Clínica Sacre Coeur, de Buenos Aires, en enero del 2000, luego de que el campeón del mundo sea trasladado desde Uruguay por sufrir un episodio cardiovascular grave. En esta nota con ADN+, el profesional de la salud repasa cómo sucedió cada una de las relaciones.
La «no presión» de atender a Maradona y la opinión sobre su fallecimiento
Para muchas personas debe ser un peso conocer a sus ídolos, pues nunca saben con qué se pueden encontrar del otro lado. Ahora, imagínense si la posibilidad de conocer a uno de tus referentes no está ligado al diálogo y sacarse fotos como fanático, sino que es una situación que tenés que pasar porque te dedicas a la medicina y debes realizarle un cateterismo en uno de los momentos más complicados de su vida.
Esto, por más insólito que suene, le sucedió a Fernando, quien tuvo que atender a Pelusa en una clínica de Buenos Aires días después de haber estado en Uruguay con dificultades: «La aparición de Diego en ese momento, como paciente, causó revuelo como era de prever«, contextualizó.
A pesar de lo que significó esas semanas para los ciudadanos y la prensa argentina, Pastor no sintió ningún tipo de presión: «Una formación médica vertical, como es una residencia, hace que el médico en formación se sienta respaldado por el trabajo multidisciplinario en equipo. Subir un catéter y colocarlo en el origen de una arteria cerebral o coronaria para un iniciado puede ser el equivalente a una película de terror, pero cuando ese mismo iniciado tiene el respaldo de quien transmitió correctamente su seguridad y su capacidad de enseñarte, ninguna situación te genera estrés. Eso fue la formación en el Sacre Coeur. Mis jefes Tuda, Dalton y Pettinari fueron para mí pilares sólidos de formación».
Al consultarle sobre el fallecimiento del ex futbolista en 2020 y el trabajo que realizaron sus doctores, explicó que la respuesta es muy compleja, ya que «quien estuvo en relación al paciente debía aplicar una psicología muy particular para que la recomendación fuera bien recibida«.
Y añadió: «La gente, me incluyo, le hizo creer a Diego que el era Dios, ¿cómo le decís a Dios lo que tiene que hacer? Por otro lado, al no ser Dios, como manejás eso en tu cabeza siendo un mortal, ¿qué te queda por aspirar?. No olvidemos a Sigmund Freud definiendo al deseo como parte o en pro de la vida y al goce como parte o en pro de la muerte. Diego, interpreto, no tenía más estímulos por los cuales seguir deseando. Lo tuvo todo, pero lo que quizá más deseaba, que era volver a su vida sencilla y de familia con sus afectos, ya se había ido y el quiso irse con ellos. Su entorno, tanto médico como afectivo, poco podía hacer«.
La relación familiar con Perón y su vínculo con el peronismo
Como si el apellido Pastor fuese sinónimo de relacionarse con íconos populares, el abuelo paterno del cardioangiólogo, Fernando Eufemio, fue presidente de la Cámara de Minería durante la presidencia de Perón: «Se que se reunía con el General en Córdoba y también que lo visitaba en su exilio en Puerta de Hierro«, contó.
Más allá de la historia, el médico no pudo «cultivar una relación de afectos» con su abuelo, ya que de niño vivía con sus padres en La Toma, San Luis. A pesar de la distancia de kilómetros que había entre las familias, sí capturó algunas anécdotas de su infancia: «Recuerdo su oficina, de dimensiones palaciegas. Me encantaba ir ahí. Recuerdo vagamente sus conversaciones con mi padre y mis tíos, siempre en tono imperativo y solemne, sobre los resultados de gestión de las minas de San Luis y la Rioja. Era un gallego frío y de carácter irascible pero muy generoso. Cuentan mis tías que cuando volvía de sus viajes de Europa traía consigo maletas repletas de joyas, sombreros y vestidos de moda para la época».
En la actualidad, el titular de la Matrícula Nacional N° 92.906 y Matrícula Provincial N° 884 es peronista pero, contrario a lo que muchos pueden creer, no fue por mandato familiar, sino que lo eligió leyendo obras del ex presidente: «Me encantaba leer. Leía desde los 12 años y mi primer libro fue un diccionario de lengua española. Un profesor de secundaria una vez le recomendó al curso leer El arte de amar, de Publio Ovidio Nasón, y La Metamorfosis, de Franz Kafka. Encontré El arte de amar y, contento con mi hallazgo, comencé a leerlo. Imagínate lo aburrido que puede resultar a los 15 años un libro de filosofía. Al retornarlo, incompleto y frustrado, encontré al lado Modelo argentino para el proyecto nacional, de Juan Domingo Perón. Luego de leerlo me sentí atraído por la historia y liturgia peronista y, a contrapelo de mi familia, decidí hacerme peronista«, manifestó.
Además de su preferencia política, empezó a involucrarse más de lleno en su partido preferido en el gobierno de Néstor Kirchner, quien presidió la Argentina entre 2003 y 2007. Sin embargo, su muerte en 2010 lo terminó alejando al punto de dejarlo «desilusionado por la ausencia de una figura representativa del peronismo doctrinario».
Finalmente, encontró esperanzas en ex secretario de comunicaciones y de Comercio Interior del kirchnerismo: «Un día, estando en CABA almorzando con mi esposa en un restorán de calle Venezuela, lo vi a Guillermo Moreno a dos mesas de la mía, reunido con otras personas. En ese momento le comenté a Laura, mi esposa, ‘ves ahí… en esa mesa está el próximo presidente de los argentinos’. Le conté esta anécdota a Guillermo cuando tuve la oportunidad de conocerlo personalmente en su despacho de la calle Tucumán. Milité para el partido Principios y Valores en las PASO del 2023 con prisa y sin pausa, quizá previendo este momento que vivimos los argentinos. Así es que acá estamos, arreglando el mástil para enfrentar la tormenta, con principios y valores».
Los lazos con el Padre de la Patria
Antes de conocer a Maradona y de que su abuelo sea ministro de Minería de Perón, la familia de Fernando pudo compartir espacio con José de San Martín en San Luis. El hecho ocurrió el 14 de julio de 1818, cuando el libertador de Argentina, Chile y Perú se encontraba viajando de Mendoza a Buenos Aires junto a su esposa María de los Remedios de Escalada y su ayudante de campo irlandés, Juan Thomod O’Brien. Mientras transitaban por la provincia del centro argentino, se les rompió el carruaje y, como debían esperar uno nuevo, decidieron hospedarse en una propiedad de la zona.
Según comentó Fernando, el relato familiar narra que el líder político se quedó con sus acompañantes durante cinco días en la casa de sus tatarabuelos, pues era la única de la ciudad de San José del Morro que tenía dos plantas: «De este gesto hospitalario por parte de mis antepasados, el General dejó una carta de agradecimiento y un sable corvo, el cual se puede ver en el Museo Histórico Religioso del pueblo«.
Además de los objetos que San Martín dejó en el museo, el médico reveló que hay un libro que corrobora la historia: «Se llama Historias de San José del Morro, escrito por mi tío, un ex comisario de la policía de San Luis que trabajó en la ciudad de Villa Mercedes, y fue publicado por el Programa San Luis Libro, escrito por el Comisario General y Jefe de la Unidad Regional II, Luis Silvera, hermano de mi madre».
La posibilidad de trabajar en los Estados Unidos y la decisión de quedarse en la Argentina
«Luego del congreso TCT 2009, que se llevó a cabo en septiembre en San Francisco California, hice amistad con un colega mexicano que trabajaba en el Anaheim Regional Medical Center de West La Palma en Anaheim Ca. Tras el congreso me invitó a los Ángeles, conocí su hospital y a diferentes colegas, como al Dr. Benjamín Manacop, el Dr. Vargas, quera un argentino ya radicado en Estados Unidos desde hacía mucho tiempo, y al Dr. Óscar Mathews, un jujeño norteamericano radicado en New Port Beach que era director de Cambrian Cardiology Hospital», reveló Fernando.
Y agregó: «Luego de este productivo viaje, invité a estos colegas a visitar mi centro en Villa Mercedes y. para mi sorpresa, vinieron. Trabajamos juntos en casos complejos en mi servicio y, la verdad, fueron días inolvidables. Al tiempo, alrededor de dos meses, recibí una invitación del Dr. Manacop para volver a Los Ángeles. Cuando llegué, recibí la invitación de trabajar con ellos en su institución y me quedé tres meses en plan de práctica no remunerada, porque no se permite trabajar sin licencia en California, y lo hicimos bajo una modalidad de beca de aprendizaje. Ellos se mostraron muy atraídos por mi formación y habilidades, ya que los intervencionistas argentinos somos formados integralmente en todos los territorios vasculares periféricos y coronarios, por lo que me propusieron quedarme«.
A pesar de la gran posibilidad que tenía de trabajar en un lugar más que prestigioso, decidió rechazar la oferta para volver a su país de origen: «Fue la decisión más difícil de mi vida, pues de un lado estaba todo lo que soñé en el ámbito profesional y del otro todo lo que soñé en el ámbito personal afectivo. Era una decisión definitiva y a cargo de dos entidades que coexisten en el mismo ser, el corazón y el cerebro. Y, como tomé esa decisión desde el corazón, decidí volverme a la Argentina y con mi familia. No me arrepiento, tenemos el mejor país del mundo, con la gente más cálida y pelotuda al mismo tiempo. Esa relación amor-odio es realmente adictiva en términos de pasión. Y eso somos… pasionales. Tenemos tres premios Nobel, tres campeonatos del mundo, el padre del by pass coronario, el padre del stent, el creador de la endoprótesis aórtica abdominal, al papa Francisco, voz de los sin voces, a Messi y al Diego», concluyó.