Hace cuatro décadas, Natu Dumrauf nació en la ciudad bonaerense de Olavarría. Sin embargo, desde los tres años se crio en Mar del Plata, donde sufrió un hecho de inseguridad que terminó marcando parte de su camino. Es que fue el primer detonante para un giro de 180 grados en todos los aspectos de su vida cotidiana.
Sucede que, en 2014, se mudó a España junto a su hija y su esposo. Palma de Mallorca fue el lugar elegido, una atractiva ciudad balnearia donde se instaló y donde terminó de conocer un talento que, hasta ese entonces, parecía estar un tanto oculto: la pintura. Sí, un cambio rotundo que terminó transformándola por completo.
Si bien su primera incursión fue 12 años atrás cuando un amigo le pidió que le dibujara un logo, Mallorca fue el sitio que le permitió abrir las alas de forma definitiva. «Ha sido el lugar donde he desarrollado mi profesión, donde me siento creativa y en donde mi familia y yo nos sentimos muy a gusto», exclamó Natu.
Como todo inmigrante, Dumrauf comenzó desandando su camino en España haciendo diversos trabajos hasta que la pintura acaparó la escena por completo. Investigó y experimentó diversas técnicas, pinturas, pinceles, espátulas y cubetas hasta que quedó atrapada por tanto por el impresionismo como por el cubismo.

Natu Dumrauf en acción.
«Comprendí que el arte fue y es como aprender un nuevo idioma, un nuevo lenguaje y este es el mío. No podría expresarme hoy de otra forma que no sea esta: con colores, rayas, lunares y dibujos simples y ojos enormes. No intento ser algo que no soy. Mi pintura es simple pero directa y sincera», profundizó.
Con el correr del tiempo, Natu fue gestando piezas pictóricas caracterizadas por una inmensa explosión artística. En cada una de sus creaciones emplea una mezcla de colores y figuras geométricas, inspirándose en la inocencia de los niños y niñas, quienes la motivan a continuar aprendiendo y desarrollando capacidades creativas.
«Creo que mi estilo no podría etiquetarlo de ninguna manera y tampoco quiero hacerlo porque me limitaría a mí misma, eso se lo dejo a los críticos y expertos. Yo solo quiero pintar», argumentó quien ha participado en más de 25 exposiciones dentro de España, recibiendo reconocimientos de diversos organismos internacionales como la Federación de Asociaciones Iberoamericanas y la Asociación Cultural Ecuatoriana Iberoamericana.
Lo cierto es que Dumrauf cuenta con referentes muy destacados como Pablo Picasso, Salvador Dalí y Frida Kahlo: «Mi admiración a estos maestros me lleva a pensar cómo hubiese pintado yo si fuera Picasso o Matisse. La verdad, me divierto mucho. Para mí es como un juego y un desafío. Es reinterpretar grandes obras pero en mi lenguaje. Un poco loco, pero siempre con mucho respeto».

Natu Dumrauf, autodidacta.