Gallardo provocó que los campeones del mundo elijan venir a River

La llegada del Muñeco modificó la realidad en Núñez. Pasó del descontento a la ilusión y su presencia sedujo a refuerzos que sin él no estaban ni cerca de ponerse la banda roja. El DT le dio un salto de calidad en todo sentido.

Por Cholo Sottile

Ago 23, 2024

Marcelo Gallardo volvió en modo estatua. No sólo por la presentación, por el amor de la gente, si no por su poder en el armado del plantel. En dos semanas hizo un mercado de pases estelar después del mercado de pases terrenal de Demichelis y los dirigentes de River para este mismo torneo. Se percibía que iba a llegar con pedidos importantes, aunque no era tan previsible que pediría a dos campeones del mundo. En estos días se hizo viral una entrevista en la que Oscar Ruggeri hace tres años, en su rol de panelista de F90 en ESPN, le preguntó qué haría para convencerlo de jugar en su equipo si tuviera 24 años, ya con la Copa en sus manos. «Te voy a buscar a tu casa, Cabezón. Y, sí, te cuidaría, pero como hago con todos mi jugadores. Te exigiría para que sigas rindiendo como un campeón del mundo«, le respondió.

Y ahora lo hizo directamente. Llamó para convencerlo de volver a Germán Pezzella e hizo desembolsar los 5 millones de dólares. Y en estas horas, aunque su última foto era en la cancha de Racing con camiseta de regalo, olfateó sangre en la relación del Huevo Acuña con el Sevilla y lo trajo libre. O sea, tendrá tres actuales campeones del mundo en la defensa si se suma a Franco Armani en el arco. Para repetir el dato distintivo hay que retroceder hasta el 86, cuando compartieron equipo Nery Pumpido, el mismo Ruggeri y el Negro Enrique. Ese equipo descomunal, que después fue campeón de América y del mundo, el mejor de la historia en cuanto a nombres, tenía además dos campeones del mundo del 78 (el Tolo Gallego y el Beto Alonso), más otros campeones de América un tiempo después (los uruguayos Gutiérrez y Alzamendi). Por eso, la excelente presentación de las redes sociales de River tienen un concepto adosado al marketing inteligente. En el video se ve la Copa del Mundo al lado de la nueva ropa de Marcos Acuña.

Gallardo no sólo quiere darle su impronta al equipo. No pasa únicamente por mejores calidades para achicar el margen en poco tiempo de trabajo. Siente que la Copa no tiene un cuco, que recién se enfrentaría contra un brasileño en semifinales, y además anhela competir en el Mundial de Clubes. En este mercado, el más amplio mirando hacia Europa, es donde debe ser acopio de talento. Siente que fue una deuda de su hermosa historia en el primer ciclo. Primero no le hizo fuerza al Barcelona de Messi y después llegó demasiado «festejado» a jugarle al Al Ain después de la inolvidable final con Boca en Madrid. Esa competencia también es una inyección de dólares para un equipo que tiene caja y quiere cumplirle el deseo al Muñeco. Allí se abren tres ventanas relevantes: la final se jugará en el Monumental, Boca no compite (y encima se quedó afuera de la Sudamericana) y los nuevos-viejos dirigentes quieren ganar sin que el foco esté en el palco de Rodolfo D’Onofrio, el presidente de gran parte del ciclo del ex 10 que se transformó en el entrenador más preponderante de la historia del club.

De hecho, pudo llegar otro campeón de Scaloni: el primer lateral derecho que pidió Gallardo fue Gonzalo Montiel, un jugador surgido de las Inferiores, que era marcador central y él lo formateó como marcador de punta derecha. Finalmente, Cachete se quedó en Europa y en ese lugar ya debutó Fabricio Bustos, el 4 del Independiente de Holan en 2017 que tantos elogios tuvo del Muñeco. En ese tándem también llegó Maximiliano Meza desde el Monterrey de México. O sea, un mercado de los años 80 o de los 90 del fútbol argentino. Todo pese al deterioro económico del país, pese al torneo de 28 equipos, la inseguridad y demás argumentos para explicar por qué no llegan grandes jugadores en vigencia al fútbol argentino. River rompió todo.

Con ese ímpetu River quiere cambiar el espíritu, como pidió Gallardo apenas asumió su segundo ciclo. Quiere corregir rápidamente la salida de Demichelis, que intentó maquillar con la corrección política de la última foto. Pero el propio nuevo entrenador de Rayados dejó claro con sus primeras palabras en México que no fue de común acuerdo. Busca potenciar el plantel, ahora sin apostar tanto a la nostalgia del póster del pasado como fue el año pasado, cuando se trajo en la misma combi casi a Lanzini, Pity Martínez, Kranevitter, Funes Mori… Y desea corregir su manual de conducta, ése que impuso el Muñeco para el manejo de cualquier ruido interno y destrozó a la vista de todos el episodio del off de Demichelis y Enzo Pérez. Ese ámbito quiere recuperar, con un modelo futbolístico que busca quedarse con su quinta Copa Libertadores y una armonía para que los jugadores elijan jugar en River.

No es fácil seducir a un campeón del mundo como el Huevo Acuña, a los 32 años y sin un vínculo anterior con la camiseta después de siete temporadas en Europa. «Estoy contento de llegar a River», apenas susurró el lateral o volante zurdo sorprendido por el efecto de su llegada, que provocó guardia periodística en Ezeiza y muchos chicos hinchas aguardando una revisión médica que duró más de 4 horas. Dentro de ese ruido positivo, River innovó en su cuenta de Twitter: reemplazó el escudo del club por un huevo blanco con un fondo rojo. «En minutos recuperaremos nuestra foto de perfil habitual, disculpe las molestias ocasionadas». Y al rato apareció el «Bienvenido campeón del mundo». Es el efecto seducción del River de Gallardo, una estatua que se mueve, habla y elige refuerzos de categoría superior.

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