Alejandro Sabella es uno de los entrenadores más recordados por todo el fútbol argentino. Con una gran capacidad para plantear los partidos tácticamente, el entrenador brilló en los pocos años en los que dirigió un equipo. Con solo cinco años siendo director técnico, Pachorra llevó a Estudiantes a ganar la Copa Libertadores en 2009 y el Torneo Apertura en 2010, además de haber sido subcampeón del Mundial de Clubes con el Pincha y subcampeón del mundo con la Selección Argentina. Sin embargo, una de las razones por la que más se recuerda al ex River es por ser una persona cálida que sobresalía por su sencillez y humildad.
Gastón Sessa puede dar fe de esto. En una entrevista con TyC Sports, el ex arquero de Gimnasia rememoró una experiencia vivida con Sabella en el 2011: “Te voy a decir algo que me pasó con Sabella en un clásico que jugamos en el estadio Único, que ustedes nos ganaron 2-0, no recuerdo”, le contó el Gato a Leandro Desábato, otro de los invitados.
“Nosotros estábamos peleando el descenso. Estábamos muertos anímicamente y destrozados. Cuando nos íbamos, entramos todos al vestuario y nuestro jefe de seguridad me mira y me dice al oído “te busca Sabella”. Fui y me abrazó, y me dijo “vos sos el capitán de este equipo y este barco no se puede hundir, así que metele para adelante, van a salir”. Yo me sorprendí porque era el técnico del equipo rival”, manifestó Sessa.
Esto que cuenta Gastón Sessa de Sabella es buenísimo. El don de gente que tuvo Alejandro dudo que lo tenga alguien en el fútbol. Fue un grande, y gracias a dios dejó muchísimo acá.#EDLP #GELP pic.twitter.com/Qvj0AA4x42
— Ulises ⭐⭐⭐ (@UlisesFasce) March 17, 2023
Para cerrar, el ex Gimnasia declaró que a partir de ahí le tomó «un respeto y una admiración muy grande”. “Después, cuando Argentina iba a jugar un partido con Brasil en Resistencia, que se suspendió, lo fui a visitar al hotel y estuvimos hablando un montón y recordando esas anécdotas”, agregó el ídolo del Lobo.
Por último, Leandro Desábato, uno de los grandes discípulos de Sabella, reafirmó todo lo dicho anteriormente: “Siempre decía que había que respetar al rival. Siempre”.