Giethoorn posee un encanto singular. Los pintorescos hogares conservan un diseño tradicional antiguo con tejado vegetal y junto con los jardines repletos de flores de múltiples colores y el césped siempre bien cortado proponen un paisaje de bellísimo. Pero sin lugar a dudas, el sitio es engalanado por los canales de agua, que se extienden a lo largo de seis kilómetros. A ello, se le suman los diminutos puentes y pequeñas embarcaciones que lo hacen parecer un pueblo salido de los cuentos de hadas.
La localidad se ubica en la provincia de Overijseel, dentro del Parque Nacional Weerribben-Wiedenque, en Países Bajos. Allí, en «La otra Venecia» como se lo denomina a Giethoorn, los botes son el transporte más utilizado. Si bien se puede caminar por lo más de 170 puentes con los que cuenta el pueblo, lo que más se recomienda es emplear los medios ecuestres. También se puede usar la bicicleta, pero en menor medida. Por lo tanto, los automóviles que poseen los habitantes de Giethoorn se encuentran en las afueras del pueblo. Cabe mencionar que esta encantadora localidad se encuentra a una hora y media de viaje en coche de Ámsterdam, la capital de Países Bajos.
Datos de Giethoorn, el pueblo salido de un cuento
La diminuta localidad fue construida en el siglo XIII y se acrecentó durante los siglos XVI y XVII, debido a que en ese momento la extracción de la turba era la producción con mayor relevancia del pueblo. La turba, llamada «esponja vegetal», es un material orgánico originado de la descomposición de los vegetales y que se utiliza para la agricultura. Por tal motivo, para favorecer el transporte del producto en el pueblo se construyeron los famosos canales, y con ello, para mejorar el bienestar, los trabajadores edificaron sus casas y granjas. Mientras que con el paso del tiempo el Mar del Norte ganó espacio, inundó los canales y formó nuevos estanques.
Cabe destacar que en Giethoorn actualmente viven 2.600 habitantes, no poseen municipalidad y la administración del pueblo se encuentra a cargo de Steenwijkerland. Por otro lado, como antes se mencionó, el medio de transporte más utilizado son los botes y en este encantador pueblo, usan unos denominados «punter», se llaman así debido al palo que emplean para empujar la canoa o remar. Pero también hay nuevas propuestas con barcos para mayor caudal de pasajeros y con motores eléctricos para cuidar el medio ambiente y la paz que ofrece el lugar.
Además, de los canales de agua, en el paisaje de Giethoorn abundan los puentes, aunque no son tan concurridos. Debido a que los habitantes del pueblo sólo los utilizan para ir de casa en casa. Al hablar del panorama de la bella localidad se destacan los diseños tradicionales antiguos de los hogares, como así también el colorido de los mismos y los tejados de cubierta vegetal, sumado al césped siempre prolijamente cortado. Todos estos detalles le dan una apariencia única al pueblo.
Giethoorn cuenta con una amplia propuesta gastronómica y hotelera, aunque como el sitio es pequeño, la estadía suele ser corta. Asimismo, otra actividad que ofrece la localidad para los turistas, es visitar el Museo Granja, el cual, expone como era la explotación agrícola familiar de principios del siglo XIX. La visita suele ser reducida pero cautivadora, ya que presenta las herramientas y utensilios que usaban los habitantes de antaño.
Durante el invierno también cuenta con atractivos
Otras de las singularidades que propone este pueblo que parece salido de los cuentos, es que durante la época invernal, la nieve riega y le pone un manto blanco a todo Giethoorn. Como así también el hielo se apodera de los canales de agua que se congelan y luego esa transformación, los habitantes pueden disfrutar de patinar y caminar sobre el hielo.