Samuel Colombano, estudiante de Ambiente y Energía Renovable de la Universidad de Villa María, estaba descansando en el Río Tercero, en Pampayasta. De repente, algo llamó la atención en el agua y comprobó que se trataba de un gliptodonte originario en Sudamérica con más de 129 mil años.
«Estaba en una zona profunda y decidí subir una pequeña ladera de tosca. En cuanto subo, veo una estructura circular en el suelo, un círculo casi perfecto, una cosa súper rara en la naturaleza», comentó el estudiante en Cadena 3.
Luego, siguió en el relato: «Empecé a refregar despacito con la mano, con el agua del mismo río, y empecé a ver los patrones biológicos de esos hexágonos. El primero que avisé fue a la gente que estaba en la casa donde estábamos parando y luego se lo comuniqué al intendente”.

Tras el descubrimiento se restringió la zona en el Río Tercero.
Se pudo identificar al animal como Glyptodon reticulatus, una especie que habitó en la Región Chacopampeana y en las sierras de Córdoba durante la edad del Pleistoceno Tardío, que comenzó hace 126 mil años y llegó hasta los 11.700 años.
A raíz del descubrimiento, se aplicará la ley 5.543 que protege a los restos fósiles y bienes culturales. Es el primer caso que se documenta en la región.

Según los primeros estudios, se trataría de un gliptodonte «reticulatus».
Vecinos de antaño
Cabe recordar que los gliptodontes aparecieron hace unos 40 millones de años y existieron diferentes especies y géneros. Formaron parte de un conjunto de animales terrestres por unas 15 especies que superan la tonelada.
Esa especie tiene una característica que permite relacionarlos con los armadillos. El más grande hallado habría medido 4,20 y podría haber llegado a pesar hasta 2000 kilos.