El amor por el trabajo se hereda, va de generación en generación. La historia de Emmanuel Paglayan es un fiel reflejo de eso. El emprendedor abrió un café de especialidad y lo llamó “Ninina”, como su abuela. Hoy, está entre los mejores 100 del planeta y es considerado el mejor negocio en este estilo en Buenos Aires.
Emmanuel abandonó las finanzas y viajó por el mundo para interiorizarse en el tema. Así, conoció a cientos de baristas y continuó en el camino, siguiendo el aroma tan característico.

La elección se llevó a cabo en Madrid y ahí se destacó «Ninina».
Once años después, sus sacrificios fueron recompensados: su cafetería obtuvo el puesto número 64 del ranking “The World’s 100 Best Coffee Shops”, consagrándose al mismo tiempo como la mejor cafetería de Buenos Aires, la segunda de Argentina y la octava de Sudamérica. ¿Las especialidades? El «Latte» y el «Flat White».

El aroma a la familia. Emmanuel y una postal, junto a su mamá y su abuela.
Para la puntuación, más de 200 jueces recorrieron más de 14.000 cafeterías de todo el mundo y tomaron en cuenta criterios la calidad del café, la calidad de los baristas, el servicio al cliente, la innovación, el ambiente y la atmósfera, las prácticas sustentables, la calidad de la comida, y la consistencia.
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Paglayan fue uno de los pioneros del café de especialidad en Buenos Aires, en 2013, cuando esta tendencia recién estaba dando sus primeros pasos. Con el correr de los años, llegaron los carritos callejeros y los foodtrucks.
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“Ninina” comenzó a tostar granos en su local de Villa Urquiza y la movida se fue expandiendo hasta los nuevos locales de Palermo y Belgrano, mientras planea abrir un cuarto negocio. En la ciudad, hay más de 150 de cafeterías de este tipo. Se puede decir que gracias a la tradición familiar, Emmanuel puso la semilla, mejor dicho, el grano.