Este domingo, en el marco de la continuidad de la duodécima fecha de la presente edición de la Liga Profesional de Fútbol de Argentina, se paralizó por completo el país como consecuencia de una nueva edición del Clásico de Avellaneda.
Con el Cilindro como testigo y como escenario, Racing Club e Independiente se encontraron frente a frente con el objetivo en común de quedarse con tres puntos tremendamente importantes para escalar en la tabla de posiciones y para darle una alegría a su público.
Y, tal como se imaginaba en la previa, el encuentro ofreció un trámite parejo y equilibrado desde el pitazo inicial, con una gran disputa en la mitad de la cancha y con ambos equipos dejándolo absolutamente todo en cada pelota.
En ese contexto, la primera jugada destacada de la tarde en Avellaneda tuvo que ver con una expulsión. A los 29 minutos, Damián Pérez tumbó a Baltasar Rodríguez y vio la roja directa por cortar una jugada manifiesta de gol.
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Luego, Santiago Sosa desvió una pelota y abrió la cuenta para la Academia, aunque las autoridades, a instancias del VAR, anularon el tanto por posición adelantada. Por ende, el descanso desembarcó con una paridad sin goles en el marcador.
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Luego, en la etapa complementaria, Racing siguió siendo el dueño del partido con un hombre de más. Sin embargo, Independiente supo responder y hasta tuvo alguna oportunidad clara para llevarse una victoria que hubiese sido casi épica.
Inclusive, en la agonía del espectáculo, los de Julio Vaccari se quedaron con nueve jugadores por otra expulsión: la de Federico Vera. Pese a ello, resistieron hasta el cierre, por lo que el Clásico de Avellaneda culminó empatado 0-0.
