Desde hace décadas, los barrios porteños más atractivos para los turistas y para los propios nativos son San Telmo, Palermo, La Boca y compañía. Sin embargo, en los últimos tiempos, otro barrio ha comenzado a sorprender con diversas propuestas que están ganando terreno y que impactan positivamente a propios y extraños.
Se trata de Chacarita, que está emergiendo como una opción más que atractiva de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Su nueva arquitectura, sus arboles y áreas verdes, sus adoquines y ahora también su oferta gastronómica están llamando la atención de una forma muy interesante. A tener en cuenta este barrio.
De un tiempo a esta aparte se han montado cafés, galerías de arte, vermuterías y demás. Inclusive, el barrio porteño de Chacarita ya tiene su propia ruta del vino. Si, a 1.000 kilómetros de la provincia de Mendoza y en la propia capital. Sin ningún tipo de dudas, una iniciativa muy importante para los amantes de esta tradicional bebida.
La última incorporación para la ruta del vino es «Casa Seis», un local de solamente 25 metros cuadrados que cuenta con una limitada oferta de platos pero una imponente variedad de vinos. En ese sentido, Fidel Pérez Ochoa, un empresario gastronómico colombiano, ha sido la cabeza de este proyecto que está dando que hablar.
«Hace tiempo que manejo una cervecería en Palermo pero me dieron ganas de cambiar de rubro y meterme en el de los vinos, apuntar a otro tipo de público», comenzó exteriorizando, en diálogo con La Nación, el empresario. Cabe destacar que el local está ubicado en la calle Guevara 495, en dicho barrio de Chacarita.
«Quería abandonar Palermo y cambiar de ubicación. Estaba indeciso sobre si abrir este nuevo negocio en Chacarita o en Colegiales. El polo gastronómico está creciendo mucho en la zona, especialmente en Chacarita. Me encanta el barrio y lo considero más tranquilo que Palermo, que está saturado», profundizó.
No es un detalle menor que en la zona, además de «Casa Seis», también hay otros locales relacionados con esta novedosa ruta del vino. Los mismos son «Naranjos Bar», «Veredita», «Sifón», «La Fuerza» y «Sede». «Aunque hay una variedad de establecimientos gastronómicos, se observa una concentración de ‘wine bars’ en estas cuadras, razón en parte por lo que decidí abrir aquí», finalizó Pérez Ochoa.