«Les quiero presentar al presidente electo de la Argentina». Con la presentación de su hermana Karina a quién demonima «El Jefe», Javier Milei subió al escenario del búnker de La Libertad Avanza notoriamente emocionado y empapado de sudor, aunque su primer discurso como presidente omitió manifestaciones exageradas y se centró en el punto de inflexión que marcó su triunfo contra Sergio Massa, el representante del oficialismo y de la continuidad del kirchnerismo en el poder. «Hoy comienza la reconstrucción de Argentina. Es una noche histórica para la Argentina. Hoy comienza el fin de la decadencia argentina», dijo Milei.
El flamante presidente se ocupó de agradecerles a «a todos los que hicieron que todo esto fuera posible, lograr el milagro de un presidente libertario», puntualizó el valor de su hermana Karina en el equipo de trabajo y se refirió a «ese gigante que me ha acompañado en todo este proceso y el arquitecto de este logro, Santiago Caputo». A la vez, destacó el trabajo de los fiscales de La Libertad Avanza y, principalmente, «a los del Pro, que pusieron el cuerpo para defender los votos». En ese mismo escenario de reconocimientos nombró «al presidente Macri y a la señora Bulrrich porque, desinteresamente, como nunca ocurrió en la historia argentina, me acompañaron para ponerle fin a la decadencia del país».
Milei remarcó en varias ocasiones que «se termina el modelo empobrecedor del estado omnipresente» y dejó un claro mensaje sobre lo que se viene durante su mandato: «La situación de Argentina es crítica y se necesitan cambios drásticos. No hay lugar para el gradualismo, para la tibieza ni para medias tintas. Si no avanzamos rápido, nos dirigimos derecho a la peor crisis de nuestra historia». Por eso, también exigió que el gobierno de Alberto Fernández y el propio Sergio Massa «se hagan cargo de su responsabillidad hasta el final del mandato, el 10 del 12, así una vez finalizado el mandato podemos empezar a hacer los cambios que el país necesita».
Mientras en el Hotel Libertador su pareja Fátima Flores aplaudía en primera fila y los militantes cantaban «que se vayan todos, que no quede ni uno solo» y «¡libertad, libertad!», Milei aseguró que «no vinimos a inventar nada, venimos a hacer las cosas que la historia demostró que funcionan, retomamos el camino que hizo grande a este país, volvemos a abrazar las ideas de (Juan Bautista) Alberdi». Además, enfatizó que su premisa será la de «un gobierno que cumpla a rajatabla con los comprmisos que ha tomado», repitió que llegó «el fin del modelo de la casta, no hay vuelta atrás, se termina la idea de que el Estado es un botín que se reparte entre amigos». Y pronosticó que «Argentina volverá a ser una potencia mundial en 35 años a partir de las ideas de la libertad»
El nuevo presidente también invitó «a todos aquellos que quieran sumarse, no importan de dónde vengan ni qué hayan hecho antes, siempre que quieran sumarse al cambio que la argentina necesita serán bienvenidos». Aunque a la vez reconoció que «sabemos que hay gente que se va a resistir» y bajó otro mensaje sin doble lectura: «Dentro de la ley todo; fuera de la ley, nada. No hay lugar para los violentos, vamos a ser implacables con lo que quieran utilizar la fuerza para defender privilegios. Nuestro compromiso es con la democracia, el comercio libre y la paz. Se ha terninado una forma de hacer política y comienza otra».
Por último, antes de salir a hablarles a los ciudadanos que estaban festejando en la calle, Milei expresó que «a pesar de los problemas enormes del país, Argentina tiene futuro, pero ese futuro existe si ese futuro es liberrtario» y contó que «hoy vamos a festejar pero mañana desde la primera hora vamos a trabajar en las soluciones que la Argentina necesita». En ese momento, volvió a mencionar el poder de «las fuerzas del cielo» y compartió su lema: «¡Viva la libertad, carajo! Dios bendiga a los argentinos».