Kira, es una perra de cuatro años, cuya raza se denomina Australian Labradoodle. La esencia de esta especie de canino es ideal para llevar a cabo el acompañamiento terapéutico, ya que son dóciles, no babean, no tienen olor y no pierden su pelaje. Otra de las características de esta raza, es que nació de la cruza del labrador con el doodle. Pero Kira, además de todas estas cualidades tiene una más y que es sumamente especial, ella visita a niñas, niños y adolecentes que se encuentran hospitalizados. Este tipo de tratamiento que se llama “terapia con animales” (pet therapy) y gracias a ello, los pacientes avanzan positivamente en sus rehabilitaciones.
Desde cachorra (cinco meses) Kira fue entrenada para llevar adelante este tipo de tarea, este procedimiento duró ocho meses y entre los ejercicios que realizó debió familiarizarse con el ambiente sanatorial, ruidos, olores y aprendió órdenes específicas para diversas acciones. De esta manera, en 2019 la canina ingresó al Servicio de Psicología de internación pediátrica de Swiss Medical. Pero Kira, no realiza la visita sola, ya que es acompañada por Carolina Micha, licenciada y coordinadora del Servicio de Psicología en internación de Swiss Medical Group. A su vez, el tándem vive bajo el mismo techo, debido a que Micha junto a su familia son los encargados de cuidar a Kira.
Asimismo, la empresa Royal Canin es parte de este proyecto y además provee los alimentos para Kira, ya que la nutrición debe ser la correcta, como también se hace cargo del baño y corte de pelo, de los paseos y cuidados veterinarios (por ejemplo controles y vacunas) para que la canina cumpla con todas las medidas de higiene establecidas para sus recorridas por las clínicas. Actualmente, Kira despliega todo su amor y cariño en dos establecimientos como los son el Sanatorio de Los Arcos y Clínica Zabala, ambos ubicados en la Ciudad de Buenos Aires.
¿Qué dijo la licenciada Carolina Micha acerca de Kira y sus visitas?
“El objetivo de la visita es claramente terapéutico, no con simples fines lúdicos. Kira no es simplemente una perra de visita. Hay una díada profesional-can con fines específicos para cada paciente. Luego de realizar la interconsulta con el equipo de salud, se plantean las necesidades de cada paciente. Se aprovecha ese espacio para que el niño/adolecente se relaje, pueda expresar más fácilmente sus emociones y sus miedos mientras interactúa con la perra y la profesional quien va interviniendo con un objetivo”, manifestó la licenciada para Infobae.
La terapia con animales, como se denomina este tipo de tratamientos suele ayudar a los enfermos con patologías oncológicas o agudas a reducir dolores y estrés, colabora con la relajación de los pacientes y mejora los estados de ánimo, que son importantísimo para encarar los procesos. Una vez que Micha le da orden a Kira para que ingrese a la habitación y se suba a la cama del paciente comienza una experiencia repleta de juegos, cariños y caricias sumamente influyente en las rehabilitaciones.
A su vez, Carolina Micha señaló: “He observado cambios concretos a la vista. Tanto en el estado de ánimo del paciente como de sus padres, siendo esto un punto fundamental en la evolución clínica de los pacientes en general. Además, Kira es un motor para que esos chicos accedan a situaciones que muchas veces se niegan: caminar después de una cirugía de columna, tomar una medicación que no les gusta, ponerse una vía, bajar a quirófano entre otros”.
Dos veces por semana Kira realiza jornadas de visitas y en relación a ello, la licencia señaló: “Cuando Kira utiliza el chaleco (que la identifica) es increíble cómo cambia, es obediente, aguarda en la puerta, cuenta con una sensibilidad especial para cumplir con su tarea. Ella es increíble y en el sanatorio la aman, la esperan todos y los pacientes preguntan cuándo volverá a visitarlos. Se crea un clima muy lindo. De hecho, el clima laboral cambia. El personal tanto médico como de enfermaría la adoran”.
Dos que se entienden
Cabe destacar que Carolina Micha debió ser instruida para el pleno conocimiento y manejo de la Australian Labradoodle. Tras este trabajo la licenciada sabe identificar el momento en que Kira se siente estresada o incomoda y procede a darle un descanso o paseo. Tras terminar la jornada de visitas en las que Kira brinda su calidez a los pacientes, tanto la licenciada como la canina regresan a su casa, para disfrutar de gratos momentos en el ámbito familiar.