La articulación de los grandes centros educativos con el entorno es de vital importancia para los directores. Es por eso que ya se adoptó al trabajo comunitario en la formación académica. La construcción de un tambo, recorridas con un móvil sanitario o la asistencia en el mantenimiento de huertas son algunas de las experiencias que docentes y estudiantes realizan en distintas partes del país.
Especialistas coincidieron en que esta iniciativa forma a los estudiantes comprometidos con las necesidades en lugares de difícil acceso y poca oferta profesional. La construcción de un tambo, recorridas con un móvil sanitario o la asistencia en el mantenimiento de huertas son algunas de las experiencias que docentes y estudiantes realizan en distintas partes del país.
“Interpelamos al conjunto de la universidad, ya que no solamente se trata de generar espacios de participación, proyectos o programas, sino de impulsar iniciativas y políticas determinadas”, dijo Sebastián Palma, secretario de Extensión de la Universidad de La Plata. Además, agregó que «a través de la sistematización de experiencias se genera conocimiento desde las prácticas, extensionistas y a través de la formación en extensión, y también para poder desarrollar actualizaciones vinculadas a lo que está ocurriendo en los territorios. Nos metemos de lleno en la formación integral de los estudiantes. Hay un rol social, una mirada, un preocuparse por ese otro».
La UNLP cuenta con un Centro Comunitario que cuenta con cinco salas desplegadas en distintos puntos de la ciudad. Además, en la carrera de Periodismo y Comunicación Social se realizan experiencias en tres barrios platenses.
Y la propuesta llegó a varias instituciones en La Pampa, en Río Negro y en Chaco, donde es vital la participación en zonas como el impenetrable. Allí, los estudiantes de la UNCAUS realizan campañas de ayuda de manera constante.